Hoy, camino por mis oníricos paisajes
y se intuye el hosco recoveco de un designio
Veo a las aves de los sueños
beber de la luz donde reposan las palabras.
Sobre la gélida arena, los cangrejos violinistas,
tocan su melodía de pinzas agitadas en concierto.
Hay un montón de ideas colgadas del cielo.
brillan en las noches claras sobre nuestras tristes cabezas las esstrellas.
Y sin cuestionarse nuestro azar, siempre devorado por el miedo,
reposan silenciosas en su firmamento su existencia
dejando resbalar sus lágrimas de lluvia,
sin atreverse a cuestionar su presencia inacabada.
Son presas de un universo inconmensurable
Son presas de un universo inconmensurable
Es como un agonizar de las horas en las sombras,
una pausa eterna que limita nuestra mirada al otro lado
donde habitan las almas que se han ido.
Añoras esa lejanía y, a la vez, la temes.
Esto pasa en los pálidos días de invierno.
desafiando la vida en el planeta cada ser consciente de su sino;
pero en el Todo, percibes ser de la Gran Nada.
Una, ama esto del vivir. Menos, lo inútil;
porque el dolor que produce la existencia es un anclaje
y no una fortaleza libre de sus penas.
Aunque te sientas al borde del abismo a mirar dónde está tu estrella...
Y te acompañes de crustáceos violinistas.
alattkeva