I
¡Alma,
ven,
habla,
quiero sentirte...!
Si nada fui, nada seré entonces
en este viaje hacia mi adentro,
Hacia el Ser que a mí me tiene.
Siendo mujer en la esencia de la carne,
pariendo hijos en el dolor de entrañas,
una Eva más amamantando las estrellas
y durmiéndome en la curva de la luna.
Pronto, me convertiré en tronco sin raíces, árbol marchito;
cuando mi yo doliente entierre sus memorias,
en la profunda grieta en que me abstraigo.
Sé lo que quedará de mí,
cuando nada pasa y nada pido,
pero morir quisiera sintiendo el sol en mis retinas.
Con este adentro mío que aprisiona tanta vida,
sin despertarme para otros olvidos.
Me sortean los espantos estas noches
sin espacio, extinguida, maldispuesta,
inventándome lunas y perros que le ladren.
Para este yo de unos versos que se quejan
o se duelen, cuando me sostiene un poema.
A. Elisa Lattke Valencia
II
Alma, ven,
habla,
quiero sentirte
en el infinito preludio de mi suerte,
ser anastomosis espiritual, y viva...
transformación para ofrecerme.
No dejando de sentir que soy la herida,
renunciando al amor por el dolor y muerte.
Si yo pudiese al percibir, aislarme
cual si fuese otra vida diferente,
con esa sensación de no ser nada,
para poder elevarme en tus jornadas
y abstraerme entre el aire que te siente..
¡Oh, infeliz de mí
si yo pudiese y, por sentirme así,
una vez más llegar para fundirme;
no perderte para siempre sin hallarte,
y a través de tus ojos, confundirme
y volver a ser yo, eternamente.
A. Elisa Lattke Valencia
III
Alma
Estarás...
En la voz de la noche
y en las cosas que son y las que fueron;
y estaré en la estancia de tu pecho, pensativa.
Seré de lluvias de silencios y de fiebres
y el beso maravilloso en los espacios,..
Elevación, encantamiento.
Estarás....
Dentro de cada pensamiento que meditas
su verdadero lugar coronado de estrellas.
Seremos de los segmentos que negamos
en las heridas del que sufre y del que sueña;
Mendigando el pan...
Floreciendo en un beso,
Dejándose llevar por un arrullo,
Balanceándose en el filo de las noches
Estarás...
En el velamen que nos lleva a cada puerto
donde se precipita el alma hacia otros cuerpos,..
En ese mar que se derrama en vida lujurioso
en el lugar de siempre que se espera.
Estarás..
¡No te perderé!
En la diáfana realidad de quien sabe ver,
que hay detrás de esas cosas que desnudan
besando los recuerdos, porque se supo ver
la inmensidad llenándose de luz y ver tus huellas.
A. Elisa Lattke Valencia