Foto: alattkeva (2016/74 años)
Un recuerdo me habita de camino
y consigue servirme de alimento,
se convierte en placer dando su aliento
a los saltos cansados de mi sino.
Con las luces del alba ya se siente
el silbido del mirlo en el ramaje,
alegrando a los montes y al paisaje
y gorjea al amor del ave ausente.
¡Y qué bueno es hallarse a la alborada
siendo parte de vida que ilumina,
a otro cielo que nunca se termina,
porque abriga su sol a mi llegada!
Y por estos detalles que vivimos,
dan sus saltos las ranas de añoranza,
porque buscan con ellos la esperanza,
'zambullidas' felices en su limo.
Son las ranas azules que se quieren
por las charcas de versos entre lotos;
invitando a la luna a su alboroto,
ellas croan al amor hasta que mueren.
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