Estáis y se agradece

7/4/10

Divagaciones no tan extrañas

No pesa la mochila del sembrador, sólo pesa repetir el tiempo si no germinan sus semillas. ( De mi "Año de esperanzas" Elisa Lattke en: Salambó 2005)


Este rumbo impreciso que nos hace buscar e indagar por todo norte posible, donde nos ilumine una estrella; el que nos lleva a conocernos para sabernos incompletos y tan frágiles a la vez y, a veces duros e indomables y no porque lo seamos y sí, porque de ello depende nuestra consistencia espiritual, ante la corriente de vida que nos lleva en  este temporal de tantas dudas, donde las almas tienden a marcharse, dicen que con la muerte, liberándose cada una de su vestidura como en una metamorfosis que se intuye por fe, pero que otros nos dan sus razonamientos que 'justifican la validez de los criterios' y que la ciencia nos brinda. Así que ella, nuestra alma, mantiene su obligado encierro en su perfecta estructura intentando que el cuerpo la entienda y sepa que lo abraza y, donde habita sólo de paso y de forma temporal casi lo mismo como lo hacen algunos insectos en una metamorfosis física y espiritual hasta la muerte; porque a través de la vida propia maduramos en la otra y es tan inconmensurable la realidad que nos espera que por eso necesitamos más tiempo para alcanzar a comprendernos y contestarnos preguntas que nos asedian, porque sólo así sabremos al final de las tantas pruebas qué realmente nos darán respuestas, de este momento maravillo por el que pasamos y pasamos... sin poder detenernos nunca cuando hallamos el sentido de la vida. 


Parecemos como libadores de la flor que se nos concede en cada primavera biológica, donde el cuerpo no se resiste a todos sus sentidos cuando está sano. Quiere saber y aprender, para sentir y comprender la Vida amándola. Y cada uno en su 'reclusión osea', donde la carne se hace dueña del hueso con todos sus fluidos químicos, dividiéndose y transformándonos hasta la fase adulta por ley de su naturaleza, en ese mandato mágico que nos convierte en individuos únicos en su especie, pero similares al resto sólo en lo exclusivamente propio de su manifestación de ser lo que es y somos, como parte de la especie que le concede ella tan generosamente desde su nacimiento.


Una, que se conoce bien desde que sabe cuánto le inunda, no dejando que el pensamiento desvele las locuras  de las que es víctima incondicional, como creadora de mundos imaginados, por donde circula el espíritu de las cosas y toma del mismo su alimento para el alma, cree en lo que le hace feliz de puertas adentro y es bueno. Algunas veces parece como que nos sentimos por momentos, reos de nuestro propio Universo interior, descubriendo admirados lo que nos llena del propio  estallido de células vivas, que demandan  un orden desde el inicio donde el amor, donde se ilumina positivamente 'las señales y huellas de nuestro verdadero camino, pero con disciplina que alienta y, donde las cosas deberíamos llamarlas por su nombre, cuando nuestras moléculas reúnen  la misma fuerza de los astros (...).


 Acallamos el misterio porque es propio de descubrirnos a sí mismos y a la vez, se descubre en los semejantes. Desgraciadamente no todos estamos al tanto del murmullo interior que nos llama, para mirar desde allí la propia existencia con todos los sentidos, porque si lo hiciéramos a menudo, recibiríamos la única lección exacta y hermosa de paso hacia la finitud temporal. Todo momento es aprovechable porque está en nuestro código esperando ser parte de nosotros, programado y aprovechable porque todos tenemos como cuerpo en el Todo Único, la misma oportunidad de llevar a cabo lo que está escrito; y no nos debe de sorprender cualquier resultado, aunque en el caos olvidemos que nos ha pasado por algo, indistintamente de quienes intervengan en el mismo; porque siendo positiva la prueba dando un bien o un mal aparente en nuestro flaco criterio, hay una respuesta y una pregunta que debemos resolver el cómo o el por qué se da así,  y aún mucho mejor cuando no nos dan facilidades, para sentirnos totalmente felices y sí dolor moral o físico es su parte injusta; y siendo de la vida no siempre pasa por exceso de confianza, descuido, ignorancia y razones sociales de educación en cada individuo y, hasta por falta de valores. Es sólo un ajuste, un correctivo, un principio en la causa a resolver por nosotros mismos; es que lo necesitábamos para saber de qué punto exacto volveremos a reiniciar la marcha. Es una toma de conciencia ante lo que nos afecta individualmente sea como experiencia individual sin intervención ajena o compartida. Todos somos perdedores y ganadores del momento y el río en su corriente llevo el agua a donde hacía falta. y siendo así de cierto, cada ser le da una interpretación aunque no siempre es la que se espera en esa evolución que le conviene. Tendrá que esperar para acallar su propia conciencia ante lo que lamenta y aún no lo ve claro, porque no le dio el gozo que esperaba, la alegría de sentirse mejor o el resultado más satisfactorio para ser un poquito más feliz en este mundo, cuando el hecho de estar en el mismo, es también el de hallar en el proyecto de su vida algo  o mucho de felicidad. No siempre la toma de conciencia es igual para todos y a veces tarde en manifestarse tal como se espera. Hay realidades con su lustre especial y no superficial que nos deslumbran; y hay 'ilustres'  y profundas realidades entre las cenizas de su propia lumbre, de las que sólo hace falta avivar su llama para que se alumbre  nuestras mente, volviendo a retomar lo que nos queda en cada planteamiento, allí precisamente donde estaba antes del 'caos' original.


Una, que nació igualmente para ver la luz desde la otra eterna que nos exige ser testigos de la Vida, como quien ve desde los ocelos de 'una abeja reina', enorme y deforme, cuidada por sus obreras... Porque Tú mi Dios estás como dividido, como que ajeno a todo y no es así para resolvernos, en este cosmos inconmensurable donde habitamos y a la vez nos habitan. Pero no puedes dominar esta gran masa de dicha y desdicha, que  te hace fuerte y débil ante las cosas del mundo, sin poder remediar aún el acomodo inteligente de tu verdadera identidad en todos nosotros. En los que creen y en los que no, que estás de alguna forma en cada uno y eres por lo tanto, fuente de alegrías y desgracias; porque el bien y el mal deben equilibrarse en el conocimiento de todo lo viviente desde que eres y somos en lo mismo, cuerpo único.


Mírame Tú, mi fuente de vida, cuando yo era no sólo la idea aún no era nada en el embrión de una historia con principio y fin. Tú, imagen de mi ser, sientes como yo misma, que aún estás en este cosmos interior rodeada de sustancia líquida y sólida, llenando este insignificante infinito de razones  físicas para sentirme alguien, para ser digno y tomado en cuenta y a la vez, parte del resto en este todo individual para tu Todo glorioso, Tú que eres y serás. Pero tan poca cosa se es desde la perspectiva individual, cuando nos sentimos, porque sólo somos algo más desde la mirada y el amor que nos desea o nos quiere.  Sé que sientes cuando te sentimos dentro y no te negamos porque nos negaríamos a sí mismos. Hasta el temor de las miradas que no sabes, que no conoces , que están por verse y que forman parte de lo eterno, en este caos maravilloso de las casualidades en que se atraen  los átomos. Tú, que nos das el lenguaje para definirnos con las ideas, ¡bendito seas! cuando vamos probando con ellas la búsqueda del conocimiento,  para saber cuál es el propósito de la existencia. Pero aún sabiendo que, para ser un sólo cuerpo vivo, has de sentirte individualmente en el Amor y no en lo contrario, aunque no se nos de o se crea que no tenemos derecho a que se nos ame; porque es el que dará las claves para el verdadero reencuentro en la naturaleza de la humanidad, la que te intuye o te piensa fuera y no dentro, como células que somos en el cuerpo vivo de tu verdadera esencia.


Entonces, comprendo el por qué de los desencuentros que nos afectan, cuando nos sabemos seguros en la verdadera masa, núcleo de una realidad física e integradora de este Todo. Me lamento en este seno donde aún soy superviviente de mi tiempo sobre el planeta que me acoge,  y sé que he vivido todos los tiempos posibles en esos 'trasvases' de mi historia etérea, donde la memoria sabe de su carga y aconseja e intuye, conoce y se delata,  porque es también parte de una fuerza que la convida a la armonía de lo que  hay fuera y dentro de sí misma, en el tráfico del pensamiento que trae y lleva.


 ¡Oh tiempo mío portador de mi propio mensaje interior en busca del fin propio, para llevarme sólo la extracción de uno solo de mis pensamientos, el último que me sostiene, para conocerme en la prueba retirando de mí la difusa realidad en que ya voy desenvolviéndome! Todas las cosas ya estaban en la raíz que buscaba el brote en su encierro, para hallar su luz en su proyección desde su interior. Y fui en la hendidura de la existencia la necesidad impetuosa de su paso en el semen de su surco. Me llene de infinito, salí de mi encerramiento, vencí el obstáculo y me procuré entenderte para comprender lo que me iba transformando, porque sólo así sé cómo vencer la muerte. No podemos dejar de ser y amar o no amar es la pregunta. 
Y para que exista el mal y poder comprender su respuesta, deberíamos pensar que es el nombre de una ausencia que nos no nos llena nunca, cuando sabemos que de Amor se llena todo. La vida siempre comienza donde el amor no termina.


  Elisa en: Salambó

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.