Y mira el cielo
como va enardecido
por arreboles.
alattkeva-10
25/5/10
2 comentarios:
¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.
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Con mis manos entre las tuyas, miro la respuesta en el cielo enardecido por los arreboles: lo que busca el alma está en las manos de quien nos hizo.
ResponderEliminarMientras regresamos a ellas ¿qué tal si nos acompañamos con una sonrisa? Te quiero, Ranita.
Qué tal si te digo que sí me lo creo, porque así es la vida cuando sientes que puedes dejarla en cualquier momento, el arraigo a lo físico de otras almas queridas, y no a lo adquirido y material, es lo que nos hace nostálgicos ante la llegada del invierno. Puede que con un poquito de suerte, la ranita azul, siga con su piel brillante expuesta un ratito más a la luz, encima de un nenúfar. Puede que su croar resuene en el bosque y lo canten algunos duendes; y las hadas vendan papelitos con estrofas escritas con savia de del Árbol de la Vida" y, cuenten con mi honesta aportación por tener alma de poeta. Puede que la luna baje de una vez por todas y me abrace, temiendo no sentirme allí arriba la muy remilgada. Puede.
ResponderEliminarUn abrazo amiga Alenka.
Te haré algunas visitas antes de que llegue mi tropa del norte de Europa. Es que mis ranas y ranitos se juntan con sus renacuajos. La charca se llena de rumores que ni los grillos se sienten con tanto anuro croando.