Estáis y se agradece

9/10/10

Amores tardíos (Verso Libre-prosa poética)


¿Sabes? Hoy he vuelto a sentarme en aquél banco... 
El sol coronaba el día, el sendero me esperaba en silencio 
con el gemir cobarde de mis noches, 
junto a la quejumbrosa alma de mis días. 
El banco estaba allí sobre ese lecho improvisado, 
al sol o bajo las estrellas. 
¡Respiré mis años de sueños de intemperie 
cuando el banco desnudaba de dudas al besarnos! 
Me diste amor, gemiste palabras y la noche se dormía acompañada. 
Cuando te recuerdo lloro la noche que se aleja amaneciendo 
llevándose su pañuelo negro con mis lágrimas. 

¿Nunca te dije que hay estrofas doradas al sol, 
que me alimentan; que me bebo muchos pensamientos 
de sombras que dejaste? 
Quisieran todos descansar de ideas eternas, de sueños de mujer 
que aún duerme primaveras, trascendiendo en aromas otoñales; 
y en que la vida de cada cual hay un banco vacío esperando un transeúnte, 
un lugar que se duele del viento en tardes frías, como en llagas abiertas, 
como en la madera carcomida como la de sus muertos que lo ocuparon. 

¡Ah!... tú no sabes de los ojos... que duelen más, si no están acompañados! 
Este banco sólo espera que recoja mis pasos en el sendero de hojarasca, 
que me lleve el viento, que la noche nos abrace en su lecho de tierra 
para ver cómo los cuerpo se iluminan con nuestras almas. 
Añoré tu boca llena de la mía de sueños truncados bajo de las estrellas, 
y sé... que cuando duermo... te quedas a mi lado y lloras; 
me abrazas pero no te hallo, dejándome tus besos. 

Hoy he vuelto. Se ha ahondado el silencio en los recuerdos 
sin otoños en los cuerpos, nadie espera la vuelta, 
el viento se llevó nuestros deseos, 
nuestras almas de hojarasca dieron paso a la vida; 
hoy recojo mis ocres cuando el amor perdura sobre el banco, 
donde sólo de paso fuimos fugaces transeúntes. 

Elisa Lattke 

 

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.