Estáis y se agradece

13/11/10

La realidad a veces se viste de amargura




No siempre los seres humanos, vamos sembrado vientos para recoger tempestades, pero en ellas estallan los truenos dándonos de lleno y muy fuerte. Debe ser que experiencias así se necesitaban para templar este tiempo que nos falta, porque con ello podemos  saber a qué atenernos y sirve, para enfrentarnos con mejores argumentos a la misma realidad que se nos pone por delante, aunque esté vestida de amargura. Porque la realidad siempre tiene dos caras como la hipocresía,  de quita y pon.

No le encuentro otra explicación al dolor sea el que sea, cuando nos roza levantando la piel del alma. Nada se puede considerar o dar por bueno y estar siempre seguro en ningún caso, no estamos exentos del mal que nos regalan otros sin admitir sus locuras y encima nos señalan con su dedo, para justificar sus acciones. Y, aunque el mal no pase del todo y sí de refilón, no deja de representar una amenaza para quien lo sufre de cerca. 


La realidad puede llevar dos ropajes para su doble rostro, pero que no se lleve nunca lo más preciado del ser humano, pues no deseamos que nos ocurra: su vida o su seguridad, su equilibrio emocional. Ya no somos los mismos por estar amenazados de su desvergüenza. Responder a las cosas con contundentes medidas no es que nos haga mejores, es que estamos por encima de ella, la circunstancia con sus caras y  su dos trajes y en contra, esto es lo mejor  que se puede hacer cuando ella no es la que se espera. Y menos lo que daña a otros por sus resultado o repercusión moral. No sé e ignoro,  si así lo entiende quien genera el mal que no quiere para sí, pero se lo ofrece a otros cuando le da la gana y lo disfruta; opino que  sí debería tener algún castigo o estar  encerrado  para evitar hacer más daño.

Indignada y desolada ante lo que por momentos la vida plantea, realmente se vive angustiado ante el temor de perder un bien preciado, la misma vida. 


Todo  tiene su dimensión significativa si nuestras pautas de conducta no son las adecuadas en cada momento, aunque sean otros los causantes morales de mermas psicológicas que afectan el equilibrio emocional, paralizándoles por el terror y el chantaje, porque  están atados por las propias circunstancias de su entorno. Pero como aún respetan a aquellos de los cuales dependen, porque les ligan unos lazos mucho más sólidos y más entrañables: su propia familia. Saben cómo hallar su propia luz para iluminar su única salida. La única que en condiciones normales y por muchas virtudes que les definen, jamás renunciarían al amor incondicional sin ningún reproche. Precisamente, por eso algunos seres buenos aún ven que el camino se llena de luz para saber a tiempo, mientras meditan,  dónde está su verdadera libertad para tener juicios propios y crecer para decidir a tiempo, qué les conviene hacer con todo el derecho que les corresponde.

Todo es sensible de dejar huella en los seres humanos, pero lo importante de la misma es saber que no hay que poner los pies en ellas, para hacer el recorrido al revés. Todos podemos salirnos de nuestras reglas en cualquier momento, haciendo lo impensable en una situación de debilidad o presión ajena a nuestros deseos y, aunque no se den a diario entre los seres normales, sabemos perfectamente que pueden pasar en la vida de cualquiera para aprender y rectificar a tiempo. Pero viéndolas como noticia ajena no hacen tanto daño, acaso porque no nos dan de lleno para abrir los ojos. 


Es que no se piensa que todos somos parte de la trama de un tejido social y por lo tanto, repercute cualquier acción indigna que se haga en otros seres inocentes, como en el mismo entorno donde se desarrollan los hechos que no son buenos para la tranquilidad, alterando la realidad del resto. Y ya no es lo mismo cuando alguien pierde el equilibrio y actúa torpemente una y otra vez, hasta conseguir dar el espectáculo al completo, enseñando el cobre. ¡Ni modos!  Y, como es otra la esencia que nos distingue a quienes observamos, ya nunca será  lo mismo mientras nada cambie y aún cambiando, para ganarse al menos el respeto de otros y no de los que han sufrido la gravedad moral de los hechos.


Elisa

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.