Estáis y se agradece

21/12/10

(I y II)Conversaciones con Joanna (Rip)


Joanna, tenía  sólo 23 años y falleció en este 2010. 

"Es quien se queda fuera de la fe. Y no sabe si por rechazo o por auto-rechazo. Por eso llora: no sabe.

Muchas gracias por leer y comentar. Forjaré una medalla para tí por ser la única respuesta."

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Su firma: "No me hagas mucho daño"


 (I) Conversaciones con Joanna:
(RIP)


Mi querida Joanna no se te olvida . Dame otra medalla a título póstumo. No estás pero al ver tu cara de niña rebelde que vivió demasiado pronto la vida, me hubiese gustado abrazarte. Seguro que el José de tu relato sabe también de un dolor que compartimos los cristianos, a pesar de estas fiestas celebrando el nacimiento del hombre. Ya ves, es paradójico porque hablo del nacimiento del hombre nuevo, de la fe o la esperanza, del que cree aún en el Amor. Es ella la que necesitamos para creer en más cosas y cuando no proyectamos vida ella nos falta. Nos marchamos porque no deseamos vivir.



 ¡Dios te bendiga donde quiera que estés, niña! 

Esta Navidad brindaré porque estés en el mejor sitio y puedas saber ya de las tantas respuestas a las preguntas que te hacías.

Un abrazo de energía cósmica.

Elisa



Decía Joanna en una corta prosa, entre otras significativas:


"Una cruz, una cruz que me sedujo cuando nada más me quería, una cruz a la que me acerqué con las manos abiertas, triste, entregada. Y la cruz, como espada, me hirió mortalmente, me dejó caída en la calle bebiendo mi sangre... Dios! La fe juega malas pasadas: si quieres soltarte te pretende matar. Una cruz, una espada."



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Su firma: "No me hagas mucho daño"
http://letrasyalgomas.foroes.net/t9451-relato-de-quien-se-ha-rendido#131156

(II) Conversaciones con Joanna:
(RIP)


...
Vuelvo de nuevo a visitarte, a leer lo que escribías y  por falta de tiempo no  leí.
Vengo a descubrir el alma de quien tuvo aquí en el mundo un lugar, un espacio, un sitio  y sin embargo no pudo ver otra cruz abierta en unos brazos, más que en sus visiones porque la que esperaba no pudo acunar  su soledad.


¡Dime en qué calle ves ahora esa cruz de la que hablas, esa búsqueda de fe o acaso  ya sabes que siempre estuviste en el corazón que creías no podría entenderte nunca!


Tú que eras simiente y promesa, has dejado aún la ventana abierta acá a este lado y puedo saber de ti allá, por eso sé que aún andas  por esas calles solitarias buscando cómo sentir que por fin hay un ramo de amor, en el corazón de aquéllos que no supieron qué andabas buscando la verdad, su fe en ti y un bien al comprenderte; pero hoy sí sé que cuando voy leyéndote más conozco un refugio interior, donde el mal no es sino el nombre de una ausencia que se nos queda sin tacto cuando alargamos las manos, que para sentirnos que aún estamos en el mundo y que somos unos necesitados, hay que ir mendigando un amor especial, el que nos forjamos antes de venir acá a este lugar de lágrimas. 


 No es dios el que se muere, mi querida niña, no es la cruz una espada en la metáfora, es que  es el ser humano el que cierra sus brazos para no abrazarnos y  Él, es el aire que nos falta, por eso nos vamos antes de que pase, porque si no fuese así no estaríamos dando a otros las claves de nuestra despedida y tú las dabas en todo lo que escribías. ¡Lo fue! Por esto y por más nos marcharnos del  todo cuando ya no somos, ¡es que no estuvimos nunca, no estábamos en el mundo porque no estábamos en sus vidas! Pero sí éramos talvez una preocupación injusta, un temor ante un posible abrazo. Ese es el problema y a veces es también el rechazo. Nos seguirán desconociendo.


 Parece que la vida fuese oscuridad  y nosotros, como el gato que busca en ella algún refugio seguro para no pasar una noche de frío, pero es el de la angustia ante el azar de lo imprevisto el que desea hallarse a cubierto de otros males. Somos como una canica de cristal transparente -¿lo saben?- movida por el viento en el desnivel de una superficie, siempre cayendo a un lado u otro hasta llegar a algún final para romperse del todo, sólo así frenamos y es entonces cuando se sobresaltan y 'despiertan' ¡Demasiado tarde para saber qué nos movía cuando  frenamos para siempre! 


Inquietamos por cómo pensamos y nos tomamos la vida. Leen sin sentir lo que hay dentro de cada contenido, deducen las situaciones, imaginan... Quizá sea eso lo que ahora estoy haciendo. (Perdóname)


Pero sabes que no, porque yo conozco ese lenguaje, hay demasiadas cosas pequeñas donde nos inclinamos para sentirnos útiles. En otras vemos lo contrario y nos damos cuenta lo pequeños que somos, pero se olvida que entre lo grande y lo pequeño se inclina la propia sombra y besa el suelo, como si quisiera recordar a ambas que es ahí donde siempre se termina... Entre más altura se alcanza siempre el suelo espera preocupado, no le gusta que le caigan por sorpresa encima.


Desde un espacio más en este infinito.


 Elisa
2010

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.