Estáis y se agradece

13/12/10

Trilogía poética: Llévame Señor, Tiempo de tristeza, Quien te siembra

I
Señor, voy a un tiempo sin tiempo, vivo,
a la justa estación sin mandamientos,
a la usura impensable sin deseos
allí donde terminan las ideas,
respirando amor, sola en tu cielo.
¡A donde sólo existe el sentimiento!
Y déjame cual débil golondrina
cruzando el ancho mar que le regalas
para último vuelo en retirada,
bebiendo de su sal cuando imagina
ser sueño de tu ayer cuando la amaban.

Llévame al crepúsculo con el canto
entre las hojas muertas del estío;
en la fragua de vientos y señales
despidiendo al invierno de mi frío.
No me dejes que viva los momentos
volando entre otros sueños mis ideas,
que no pueda seguir al lado de ellos
si mi barca comienza a izar sus velas.
¡Mas llévame, Señor, si tengo frío!

Elisa en: "Don Anselmo"


II

No sé por qué cuando haces un poema
se resienten los mensajes que damos;
acaso, ven el bulto, no belleza
Entonces, rompen, encogen, se quiebran.

Para qué medir versos con palabras
sí debo medir verbos y afilarlos,
murmurar y echar fuego a la tormenta
y no verles macilentos en el bardo.

Me iré a mis juncos, a mis helechos,
mediré los versos a mis orillas,
y al adjetivo pisaré descalza
aunque me corten  piedras de pizarra;
seré agua de mar en la montaña.

No me va el tiempo frío de los cambios,
-Razones que ni entiende un saltamontes.
Soy vulnerable cuanto un silencio agita
este músculo inquieto que me inviste
latiendo inadvertido soledades,
sensible y puñetero, el más cobarde.
-Humillan los días de cielos oscuros
y en la prórroga, terminando en llanto-.

Este rebaño inquieto de palabras
pastoreo inútil de nada sirve.
Si sólo soy quien viste su membrana,
de rana de un ayer por una charca.

Hermanos, siento un tiempo de tristeza
cuando me voy refugiando en mi bosque
y huele a fieras el viento, un aire esparce.

Ranita
nov/2010

III

Ven conmigo a sembrar estos poemas
donde se hace vergel el pensamiento,
allí donde nacen de mi aliento
los versos que sugieres de tus temas.

Ven conmigo a la fuente de mis voces
a recoger las mieses de este día;
a llenarte de la miel de mi alegría
y que sepas del cielo de mis goces.

Podrás recoger los frutos de mi huerto
saciando mi sed por tus agüeras,
preparando mi amor a tu simiente.

Tú, me has dado secretos de tu acierto
de átomos de sustancia y maneras,
ennobleciendo al bardo que te siente.

Ven amor a mis eras 
que, quien te siembra sabe y lo presiente,
va agitando su vida en mi presente.

Elisa en: "Don Anselmo"
2010

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.