Se pierde el pulso en la incontinente plenitud de la semilla si bajamos unos peldaños en nuestra posición. Nos doblegamos a la muerte. La fosa espera inmisericorde, aúllan los perros si nos descuidamos y entonces seremos de las sombras con el cuerpo inerte para cultivar todavía un sueño.
No podemos mentirnos cuando somos del mismo barro, pero se puede mancillar todo lo bueno del alma y nuestro futuro no será el deseado, por ceder a la presión de los elementos; y en la costumbre de convertirnos en súbditos de un dios menor sobre la tierra, seremos siempre sus esclavos. Cuesta trabajo la insistencia de la tormenta que aún viendo como se le echa el temporal encima con los relámpagos, no se percata que fue el rayo el primero quien le avisó. No se entiende cómo puede ser tan seguro, orgulloso y soberbio el insistente fenómeno, como dispuesto a ofrecer su inhóspita fortaleza seguro de su acierto pero dejando el foso sin el puente, no importándole el peligro. Se cambia el discurso como 'el látigo verbal' con la misma capacidad que se tiene para el disfraz, se usa todo tipo de artimaña con la palabra benévola o convincente que calcula la debilidad de lo pretendido; no así llevará al mismo destino y, quien hace su proyecto y hasta su descuento a las condiciones propuestas, está favoreciendo a su astucia u otro tipo de calculadas codicias que compensen al débil, pero será más de lo mismo.
Interesa la flor cuando es exótica, pero ya sabemos que lo bello merece otros cuidados en un el clima perfecto, para que se recupere y ofrezca sus encantos cosa que parece que se olvida. Sabemos del el iluso podador de sueños con su burdo estilo no puede saber como tratar la belleza que le cae en sus manos; así que 'su parásita' orquídea no se recuperará fácilmente cuando ha alterado el equilibrio del idóneo clima, pues las bellas flores de su especie necesitan de su propia y beneficiosa 'savia' en las otras plantas que las sostienen donde enraíza, pero felices en su verdadero trópico con los de su especie, no en un asqueroso e improvisado invernadero.
Elisa
Feb/2011
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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.