Alma,
ven,
habla,
quiero sentirte
en el infinito preludio de mi suerte,
ser anastomosis espiritual, viva...
Transformación del ser para ofrecerme
no dejando de sentir que soy herida
renunciando al amor, dolor y muerte.
Si yo pudiese en el sentir aislarme
cual grávida sensación siendo de nada,
para poder elevarme en tus jornadas
y abstraerme entre el aire al respirarte.
¡Oh, infeliz de mí
si yo pudiese por sentir la vida,
una vez más llegar a ti, fundirme
a través de tus ojos confundirme
para hallarte por fin a mi partida!
Elisa
Ab/011
Cuántas veces quisiéramos Elisa poder conversar con el alma frente a frente, preguntar y despejar dudas... Pero esto sólo en quimera se queda.
ResponderEliminarun besito
Gracias amiga y por hacerme una visita.
ResponderEliminarEs la metáfora de cuerpo, mi querida Ethel, es sólo parte de un pensamiento poético porque si pensásemos algo más en ella, sabríamos que ese tibio aliento que alimenta el ser, para soñar con lo que nos da sentido a todo lo que vemos, es sólo una ínfima parte de luz universal que mantiene el fuego eterno; quizá aprenderíamos a no quemarnos demasiado pronto con las cosas del mundo, cuando no sabemos mantener encendida su luz y por eso nos convertimos en pavesa.
T. q. Elisa.