Estáis y se agradece

2/6/11

Humilde origen

Yo te dejo en tu silencio
... recorrerme...
No pongo precio a tu mirada,
sí aprecio.
Se que buscabas en mí un pensamiento
en la grácil idea de ser muy diferente,
pero no me reconocerás arrullando el verso.
Si fuese así no me cargaría de ripios las lecciones
porque me sé realmente de la palabra hambrienta,
construyo otros poemas para secar mis lágrimas.
Algunos no terminan de colmarme y lamo sus sílabas
deseosa.

Una en este entramado compulsivo de escribidora,
va aprendiendo  de su esencia de nada...
Se siente huérfana de verbos
 no usados en la práctica, por ser de humilde origen;
y me agarro al inconsciente sorprendida
descalabrada, sola en mi espacio
harta de ser una simple conjetura
para otros me contento conmigo
a quien pregunto.
¿Poetisa? -me digo y me contesto-
¿De qué, dime de qué?
-Ayer me demandabas versos
y sé que tengo miedo-.
Así son estas cosas que nos representan
tratando de aprender de mis propios poemas,
aderezando el temor conmigo misma,
en su estructura y, en su simbiosis,
me voy instalando por fin en la continuidad
de ser sola en esto con mi yo
 lo que siempre no quise ser
y eso me inquieta...
¿Quién me quiere?, ¡si todo esto fue para la luna!
¿Y qué?-me digo- ¡lo soy y me doy!
Si total es un pensamiento más
pero abrigado está en mi interior,
son millones como enjambres
y conmigo en tu piel
me voy siempre arrastrando hacia tu vida.
...
Sé que te duele y mucho.
¡No, no te vayas aún,
te visto llorar en el tumulto
y siempre eres del pasar silencioso;
y este oráculo en mis manos ya me sangra
porque me sabes del agua y de tu orilla!

Elisa.
mayo/3/2011

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.