Esa marcha...
Alguna tarde plena de ilusiones
volveré nuevamente a mi alborada
con todo hecho, disfrutando el aire
de la mano de Dios, que me regala.
Con el último soplo de este mundo
miraré lo que queda de este lado;
tal vez tus ojos o tus manos blancas
y un beso redimiendo algún pecado.
No preciso el ayer ni del mañana,
tampoco del reloj y de sus horas.
Preciso tan sólo de unos sueños
que agotaron a todas mis auroras.
Esa marcha se lleva en su equipaje,
una dulce sonrisa de un recuerdo.
El candor de mis años en los tuyos
y el amor de saber que no te pierdo.
Elisa
Sin palabras Elisa. Gracias por dejarnos disfrutar de estos versos.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche,
Rafael