Porque sé que al pensarte
no domina el vacío;
¡sí zozobra mi barca
encallada en su sitio!
Y en la estancia del alma
de algún puerto querido,
hay un sueño que atraca
en amor sin olvido.
Pero a veces se sueña
reparando nostalgias
y vestimos las sombras
admitiendo un suspiro.
Y si el viento se antoja
sin frenar desafíos,
ataremos sus rachas
a otro puerto tranquilo.
Porque pasa la vida
enjugando su llanto,
y se lleva un anhelo
con amor en su canto.
¡Nunca sé de ironías
ni de halagos baldíos,
pero sé de sonrisas
y del ámbar que quiero,
por fulgir en los ojos
al mirarse en los míos!
Elisa
Precioso, Ranita. Sigues como siempre, demostrando tu sentimiento con palabras que bailan.
ResponderEliminarUn abrazo, amiguina
Me ha encantado.
ResponderEliminarMe encantó, Elisa, sobre todo la última estrofa:
ResponderEliminar¡Nunca sé de ironías
ni de halagos baldíos,
pero sé de sonrisas
y del ámbar que quiero,
por fulgir en los ojos
al mirarse en los míos!
me parece precioso.
Un beso
No ha salido el comentario que dejé
ResponderEliminar¿?
Gracias. . No importa. Estabas ahí. Eso es lo que importa.
ResponderEliminar