cuando aún en los árboles hayan hojas,
pues hemos esperado tantas veces
el auspicio del tiempo,
con la brisa cansada
dormida por las rocas.
Me ciño una ronda de cantos por las sienes
me tiene el viento a favor de nuestra nave,
un sollozo desnudo estremecido
y un aleteo de ave
en rumores de ramas.
Me afirma la palabra.
Espérame en el fluir sin fin del alma viva
con la ternura de una doncella trémula,
siendo aire o soplo y todas las fragancias
en la lluvia y el frío,
con sonrisa de seda
para un beso de plata.
Cuando menos pienses al horizonte yermo
le habré dado mi brazo y corazón de dátil;
será de rumor hondo por el pecho
y un sueño en cada mano,
con la flor en los labios
te besaré descalza.
Elisa en: "Don Anselmo"
TErminas el poema con dos versos que hacen estremecer: "...con la flor en los labios/te besaré descalza..."
ResponderEliminarFelicidades por tan bellos versos Elisa.
Un abrazo.
Ranita: Bello poema que mece sentimientos y una vez terminas de leerlo: Piensas con los ojos cerrados y vuelas a la cordura deseada.
ResponderEliminarUn besiño,
Rosa María Milleiro
Bueno, no tanto como estremecer pero supongo que también yo tengo que sentir esa emociones que provoca la palabra y el tener salud para reproducir esa química en razones para hacer poesía. Realmente es donde extraemos ese pequeño o gran milagro que es la Poesía. Gracias, querido Rafa.
ResponderEliminarRosa María Milleiro: sí, eso es indudable, somos consciente de nuestras limitaciones pero igualmente de la grandeza interior que produce un pensamiento que se permite especificar en un texto, dependiendo lo que tengamos que decir, una pequeña historia o un sentir con el que disfrutamos. L verdad es que se me ocurrió hacerlo con una métrica muy personal y esas 13-12-11-7-7-7 fueron estrofas ideales para mis estrofas con métrica personal. Una forma de hacerlas surgir del mismo limo de mi charca interior.
ResponderEliminarGracias amiga por acercarte a mis humildes versos.