las ganas de mi alegría,
machacar y con porfía
la razón de mi bagaje.
Pero, jamás será ultraje
en mi agitada ardentía
un cambio del que se fía
este mar de mi arbitraje.
Ay, dueña y señora mía
en cuerpo de tu blindaje
con muy buena simpatía,
eres reta y tu osadía
me inclina a dar tu mensaje,
y me inquietas, alma guía.
¡No, no rías!
Que a pesar del desencanto
aún me falta más llanto.
"Ranita"
Nonitos versos siempre en tu línea querida amiga.
ResponderEliminarUn abrazo.