Estáis y se agradece

18/4/15

Nunca digas..., "¡lo siento!"

Foto: alattkeva/2014

¡Qué de este enorme fervor
por cada cosa querida,
para sentir de la vida
quién nos regala su amor!

Si el sentimiento acompaña
a los huesos ya cansados,
duele su traje ajetreado
de 'modista' con guadaña.

¡Qué del brote de esos cielos
donde reside el aliento
y se siente su contento
a pesar de los desvelos!

Vives, sí, muriendo a ratos
con un ruego por el lecho,
refugiada bajo el techo,
bien descalza o con zapatos.

¡Qué de esa fuente sentida
que mana de los adentros
y nos sirve a los encuentros
del alma que va servida!

Por eso el verso me lleva
subiendo escalas al viento
en alas del sentimiento,
como polen que me eleva.

Sólo somos una idea
dos palabras al acecho,
amor que toma derecho
subiendo como marea...

¡Ay, del verso y quien lo lea
y sienta el mar de su llanto,
donde naufrague mi canto
si su barca balancea!

Como me tengo a mí misma
y nada pierdo con verme,
debe ser que por quererme
se resuelva mi carisma.

¡Ay de las brumas de amor
abrumando pensamientos,
esas las queremos todos
pera no decir..., ¡lo siento!


A. Elisa Lattke V. en: "Don Anselmo"

1 comentario:

  1. Aún recuerdo aquella frase que oí una vez en una película y se me quedó grabada: "Amar significa no tener que decir nunca lo siento..."
    Un abrazo y felicidades por tus versos.

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.