¡Déjame tu sonrisa mientras vuelvo!

Como en un vuelo del alma, ya te llevo
con algo de mi quehacer inquieto
desbordado por mis manos,
con sus formas de colores,
como una flor arrojada a los celajes de las tardes.
Y sin perderme ese gozo que da un sentimiento único,
no quiero más que fundirme en el abismo de tu cielo.
¡Me dejaría caer sin saber qué hacer!

¿Sabes? ...
Llevo conmigo la libertad dentro de los zapatos
Ella es como un canto rodado bajo los pies,
me recuerda que puedo perder mis alas.
¡Duele caminar sin consuelo por este mundo!

Pero andaré descalza por las calles mudas
y, liberada, buscaré el infinito con mis dedos
donde converge las miradas,
abrigando mi soledad en tus silencios
allí donde se inician otras causas.

Trenzaré pensamientos con los barrotes que me atrapan,
robaré los oleajes del mar con su encaje de espuma
y mi voz, despertará las sábanas de lino
para citarme con la noche en un mañana saliendo de tu abismo.
¡Déjame tu sonrisa mientras vuelvo!

Australia E. Lattke V.