*Este poema se lo dediqué a un amigo que se comparaba con una encina, despreciando la debilidad del junco, ante cuestiones políticas.
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domingo, 11 de abril de 2010Como junco soy débil, no resistael vendaval que sopla en el camino;es parte natural de su destinoy me enseña a sentirme desprovisto.Rebelde sí, me enfrento porque insistoy no claudico al mal que no adivino,sí inclino cerviz de peregrinoporque sé del ejemplo que dio Cristo.Y pongo de modelo a dura encinaque aguanta las ventiscas orgullosa,sin ceder sus raíces al embate.Ay, mi Señor, concédeme la espinaaguantando de 'Virgen Dolorosa'y azotes como tú seco el gaznate.No quiero disparate.Que me perdone el junco si lo ofendopues la encina me ofrece lo que entiendo.Elisa
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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.