Estáis y se agradece

29/3/10

Quercus ilex., no Typha latifolia

*Este poema se lo dediqué a un amigo que se comparaba con una encina, despreciando la debilidad del junco, ante cuestiones políticas.
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domingo, 11 de abril de 2010


Como junco soy débil, no resista
el vendaval que sopla en el camino;
es parte natural de su destino
y me enseña a sentirme desprovisto.

Rebelde sí, me enfrento porque insisto
y no claudico al mal que no adivino,
sí inclino cerviz de peregrino
porque sé del ejemplo que dio Cristo.

Y pongo de modelo a dura encina
que aguanta las ventiscas orgullosa,
sin ceder sus raíces al embate.

Ay, mi Señor, concédeme la espina
aguantando de 'Virgen Dolorosa'
y azotes como tú seco el gaznate.

No quiero disparate.
Que me perdone el junco si lo ofendo
pues la encina me ofrece lo que entiendo.



Elisa

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.