Estáis y se agradece

10/5/10

El rosal de la anciana

Dicen que un rosal a punto de morir, escuchó desde el jardín, la música que salía a través de una ventana, expandiéndose por toda la casa, donde el se hallaba sembrado muy cerca . Era su cuidadora quien tocaba para el. Lo sabía cuando en otras ocasiones había estado enfermo; el era tan viejo como ella y sabía por qué lo cuidaba tanto. La noche anterior, antes de despedirse y prodigarle algunas caricias, se lo había dicho a su oído dándole un beso, que estaría muy temprano tocando al piano algo para el. Esperó toda la noche ilusionado, se muy viejo enfermo, pero esperó a que su dueña le dedicase uno de sus ratos.  


Ella había pasado toda la semana intranquila y preocupada, limpiándolo, quitándole los insectos que le habían invadido, con un preparado para que no entorpecieran sus tallos, hojas y cogollos, pues estaba a punto de florecer de nuevo esa primavera, y los invasores le tenían acribillado. ¡Ya no era el de antes y sus defensas eran pocas, pero resistiría por ella, por su dueña y le daría lo que espera. Tampoco ella estaba bien. Su anciana dueña le removió la tierra del alcorque y lo abonó regándolo de nuevo. Eso le hizo sentirse mejor y sobre todo cuando le hablaba. Ambos se amaban.


 -El rosal había sido un regalo de su esposo que había muerto un año antes. Tenía tantos años como ellos estuvieron juntos y alguno más.  La anciana estuvo casi toda la mañana y por la tarde tocando el piano, hasta que anocheció. Ella sabía que  a las plantas les gustaba la música y su rosal se lo iba a agradecer. Ambos se entendían y ella notaba su mejoría, volviendo a florecer en primavera.


Al siguiente día el rosal empezó a abrir sus botones. Se le veía alegre y feliz. Estaba liberado de los insectos depredadores. Pero la anciana no aparecía por el jardín. Se preocupó porque nunca había pasado tal cosa y se impacientó, al no ver a su dueña visitar el jardín. Tampoco escuchaba la música del piano. Pasaron tres días y el rosal empezó a sentir necesidad de agua, porque el tórrido sol le daba de lleno.  Algo pasaba en la casa que la planta tan sensible  no entendía, pues conocía a su dueña y siempre le contaba cuando salía para que el supiese que se quedaba solo por un rato; así que volvió a sentirse triste pero esta vez era diferente. El alma del rosal ya sabía qué el también tenía que despedirse, que ella no volvería.


Sintió que alguien llegaba a la casa, estaba mustió pero aún escuchaba, esperó creyendo que ella vendría. Luego llegó más a la casa y al poco rato escuchó llantos. Eso le confirmó lo que estaba pensando: ¡Ella ya no estaba! Se sintieron más llantos dentro de la casa y unas horas después, una nieta de la anciana se acercó al rosal llorando. Traía una nota en una mano y una regadera llena de agua en la otra. Se guardó con cuidado la nota dentro de un bolsillo y, sin dejar de llorar, se puso a regar el rosal. Éste comprendió todo lo ocurrido y respiró hondo. 


-Al otro día sus nuevas rosas rojas se abrieron llenas de perfume. Aunque debilitado por la tristeza, les dio todo el vigor que necesitaban y esperó... La nieta de la anciana se acercó de nuevo al rosal al siguiente día. Llevaba una tijera y cortando doce rosas, las últimas junto a otros botones, se las llevó a la casa, las colocó dentro del féretro antes de que se los llevaran. 


...
La anciana antes de morir, había dejado una nota encima del piano que ponía:  "Las rosas rojas del rosal que está al lado de esta ventana, deben ser cortadas y las dejan por favor dentro de mi féretro, son las únicas rosas que me regalará mi esposo antes de volver a su lado. Por favor riéguenlo el día antes de mi entierro, el rosal sabe lo que tiene que hacer, no lo olviden , es mi última voluntad." 


Al lado, en el atril del piano, estaba la partitura del Vals de las flores. El rosal ya no fue regado más. Se olvidaron no sólo de el, sino también del jardín que cuidaba la anciana.




ELisa Lattke
may/10

El Museo de las Rosas

2 comentarios:

  1. Qué tristeza son, para los humanos, los jardínes olvidados. Para los seres especiales, son jardínes encantados. Ranita linda, por hoy sólo he logrado leer este hermoso cuento. El montaje de una obra y la preparación de TUS ENCHILADAS DE VERDURA, me tienen muy atareada... Un besoooooo!!!!

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  2. ¡jAJAJAJ, eres un amor, ya me decía quién habla de jardines tristes,qué habré hecho, no se habrán cargado la ranita por estar en todas las charcas? ¡Ah, las ricas enchiladas con carne de soja, no puedo dejar de pensar en ellas, con más verdura como algunas pizzas deben estar deliciosas y luego la salsa picante ¡divinas!
    Y ame verás por ahí , como no necesito llave para atravesar el espejo, me las arreglo bien, salvo que nos hagas una broma a los visitantes y pongas "el túnel de los espejos" y nos cobres ¡jajajaja!

    Un beso. Llevaré un Ribera de seis u ocho años por lo menos. Bss.

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.