Estáis y se agradece

26/6/11

Ciudades de amor

Me doy en la palabra
perdiéndome en un sustantivo;
es como un asfixiante
a la sombra de mis noches...
¡Aire!

Hay ciudades atormentada, solitarias,
llenas de recuerdos y amigas del silencio
donde la luz juega al escondite con las sombras,
sembrando de neblinas las noches de la memoria.

Hay ciudades que se cogen del brazo de la ausencia
caminando bajo una lluvia de estrellas;
taconean por sus aceras y habitando corazones
donde esconden su melancolía del pensar...
No se asoman a sus ventanas
pero se despiertan con el aroma del café.
Sus muros sienten la añoranza
y  anochecen con estrellas apagadas.

Las hay bulliciosas y llenas de luz,
pero otras son sosegadas y tranquilas
descansando a la orilla del agua,
introducen medio cuerpo en sus ríos o mares
sonriendo a sus visitantes para que disfruten su belleza.
Sus espacios se llenan de trabajo.

Las hay que curan sus heridas de amor con sal
dejando suspiros en el viento;
hay quien las ve pasar conjugando un verbo
mientras se desdibujan a la distancia,
su cansancio no las rompe fácilmente
saben ver el suelo mientras se yerguen al paso,
y aunque el dolor las fustigue no se humillan...
Avanzan.

Siempre amadas y ocupadas
son de sus suburbios interiores, donde se refugia el llanto;
¡a esas quisiera ir para sentir como gimen abrazadas,!
se añoran, son las más necesitadas y queridas.
Sus pobres se instalan en sus calles
porque conocen el fruto de sus sueños...
Ellas son dádiva de fe y amor y así son sus vidas.

Elisa en "Don Anselmo".

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.