Estáis y se agradece

26/6/11

De mi cosecha



En este viñedo de mi ser he cultivado mis uvas, las mejores para ti. He exprimido mi mosto y lo he macerado. Le he dado un tiempo de reposo en la penumbra del alma, barrica de amor. Te he ofrecido cada día durante años mi copa y, por fin llegó ese tiempo del brindis. Dialogamos con el gozo de la cata en el paladar, llena, generosa, repetida, especial, única... Con aroma de sabor intenso y afrutado, con el perfecto tono del buen vino en dos tiempos... El tuyo y el mío... ¡Por la vida y el amor!

Llegué a tu corazón como una cosecha nueva y especial de un siglo de ausencia.
Me despertó el ansia y la colmé de mimos y caricias. ¡Fue una vendimia de sueños, aquélla, la de siempre, la de cada siglo, la de cada vuelta! El lagar se puso de fiesta con las copas esperando... Se nos derramaron dulzuras de silencios por los labios, nos bebimos las salobres tardes de prisas sin lágrimas y, al final de cada sorbo supimos las de la vida individual, cuando en un paréntesis disfrutábamos de un dulce ocaso.

¡Oh, Dios, pero cuánto nos puede durar tanta resaca sin despertarnos!

Hoy, el viñedo prepara su tierra de amor para una nueva cosecha, aún hay vino en las barricas y el corazón late. Maduro, envejeciendo.

Guarda tu copa que volveremos a brindar por lo mismo, es tiempo de un pensamiento beodo que supo mantenerse sobrio con la fe que ahora le abraza, porque sin ella los milagros no existen.

¡El plantío se prepara para el invierno, la cosecha de este año ha sido maravillosa!
He dejado mi cáliz dentro de tu pecho, hornacina donde quiero que permanezca
la votiva llama que le acompaña; aún se alzarán las copas por nuestro júbilo.
El tiempo es sólo un agujero abierto para el pensamiento y siempre se acobarda
cuando se descuida. ¡Ya tenemos la llave!

¡Hasta el siglo venidero! La cita, en la calle de siempre, ... en el farol del alma!


A. Elisa Lattke V.
08

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.