Se tropieza una vez, no varias veces;
reconociendo a quien has desgarrado,
y se duele la entraña con lo dado
refugiando el dolor entre las preces.
Posible que el consuelo que mereces
lo haga el viento pasando por un lado
susurrando al oído... ¡No te ha amado!
Y se calle también porque entristeces.
Y no podré volver a alguna orilla
a sentir cómo acarician nobles olas,
porque fui de su mar de caracolas
bebiéndome su sal por la escotilla.
Hoy la barca se ha roto y poco importa
su naufragio y en rumbo vagabundo,
no ha de volver a rada de este mundo
el viejo soñador a quien trasporta.
Será un poema que invite al ocaso
a sentir el amor de alguna tarde,
bajo la lluvia y con bastón me aguarde
algún beso esperando de mi paso.
Elisa en "Don Anselmo"
Preciosos versos...
ResponderEliminarGracias por tu huella bloggera en mi blog..
Besos de luz!
Gracias 'Himmel' bello apellido que dice mucho del color empíreo en que te mantienes. Es precioso. Gracias por estar ahí.
ResponderEliminarUn beso. Elisa