Hay tardes que son como esos amores ciegos y mudos, que no contestan a nuestra mirada y no nos besan antes de abrir de nuevo los ojos para mirarlas, por ser como son al alegrarnos la vida; pero siguen siendo bellas sean de la estación que las ilumina porque alguna vez se pusieron delante de tu vista y, apenas rozaste su encanto mientras les sonreías.
Hay tardes que sólo buscaban su minuto de gloria deslumbrando a quien las contemplaba. Algunas, pueden ser oportunas, traviesas, encantadoras o pequeñas tardes de amor y de nostalgia, dibujadas al ocaso sobre el mar en las laderas de las montañas. Ellas sonríen horizontes de promesas sin que oses tocarlas, pero sí esperan que las nombres porque dejan sus brumas infranqueables, cuando no las tenemos más que en la imaginación y pertenecen al recuerdo, aunque sigan enseñándose coquetas, ellas siempre serán diferentes y nunca las mismas que fueron cuando alguien nos acompañaba mientras las mirábamos.
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Poeta: Al amar aquello que existe en tu corazón, seguirás repitiéndolo para que tu memoria se alimente con el nutriente de la palabra; amas hasta su caricia infiel a tus recuerdos; los labios que ya no son de tus besos; el sueño de un proyecto que no pudo ser; el dolor de una mirada esquiva; la palabra amante cuando se hace en la penumbra.
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Poeta: Al amar aquello que existe en tu corazón, seguirás repitiéndolo para que tu memoria se alimente con el nutriente de la palabra; amas hasta su caricia infiel a tus recuerdos; los labios que ya no son de tus besos; el sueño de un proyecto que no pudo ser; el dolor de una mirada esquiva; la palabra amante cuando se hace en la penumbra.
Amas la vida en el ser que tallas con tus pensamientos. Pero ella te enseña a amarte a ti mismo para proyectarse en cada verso y que la sientas, pues en tu soledad son ellas la única caricia que te acompaña como ser pensante, pero no te completan. Te amas en el dolor de saber que te divides una y otra vez cuando una parte seguramente ya te ha olvidado, o sólo es parte de una quimera... Palabras...
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Elisa en: "Don Anselmo"
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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.