No se puede prescindir del verso
ni cómo se enreda a mis cabellos;
lo dejo que llore si así quiere
regalando palabras con destellos.
Van cayendo las hojas de mi otoño
sacudieron sus ramas de la vida,
ya se inquietan mis duendes danzarines
y el lenguaje ritual de mis espigas.
Por ahora, este tiempo es tuyo y mío;
silabea poemas, no me deja.
Llega de una aldea de hermosos valles
como sueño de lluvia que se queda.
Al respirar el aire que se allega,
camina un pensamiento sin abrigo
espera cobijarse en mis deseos,
como huésped eterno de un latido.
Hoy, ayer y mañana, pensábate
campanilla azul de la pradera
o, avecilla feliz de las montañas;
mas hoy, me siento gaita plañidera.
Hállame con el sol de las mañanas
en nubes arreboladas de la tardes;
descúbreme en los cierzos de bahías
congelada de lágrimas cobardes.
Se van viendo los ocres por mi estancia
de memoria interior que se recuerda;
agotando un tiempo en otras cosas
y el reloj corazón con poca cuerda.
Por éso mismo, Amor, hállame en versos
conjugando belleza entretenida;
o siénteme momento en tus instantes
como huella y regalo de la vida.
Elisa en: "Don Anselmo"
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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.