La ironía es que el muerto les sonría a quienes le miran sin vida...
Siempre nace un 'te quiero' en el prolongado eco de la existencia que aún reverbera en el sonido del Universo. Me figuro aún esa prolongación de compases que se dispersan por todo el Cosmos en lo creado, llamándonos a la Luz de la Vida y despidiéndonos de ella cuando dejamos de estar. No puede ser todo tan lleno de gozo o frío e infeliz en cada llegada o despedida.
Y durante ese trayecto en que se desvanece el recuerdo cuando aún estamos en medio de todo y de la nada, seguro que el Amor verdadero se valora como un oasis al que se ha llegado o al que se pretende llegar en cada vuelta, no perdiendo el sentimiento en la conciencia con la misma sed de satisfacerse en la caricia y el abrazo donde se va.
¡Ah, cuántos dátiles habrán, y una fuente de agua fresca para el viajero sideral en esos espejismos de las sombras!
Pero seguimos hasta el final por este mundo que por momentos se nos hace inhóspito, aunque tengamos que comer escorpiones y lagartijas antes de llegar al lugar de la fe. Avanzando por las caprichosas dunas que nos separan del bendito sueño final, y por el que apostamos antes de venir al mundo.
Pero no me hagáis caso que es cuestión de haber vivido y eso hace 'escuela', debe ser cosa de la edad y los años nos hacen ver visiones: ¡Un oasis en la tierra, paraísos en el cielo y también los otros..., los "fiscales"! ...." donde se llevan el dinero los que buscan más cuando gobiernan los suyos, pero son cosas del mundo organizadas por nosotros los humanos de este planeta cargado de injusticias." Y nos dicen siempre lo mismo en todos los tiempos y agregan: "Y qué le vas a hacer si esto es lo que hay"
....
Vivir o morir puede darnos lo mismo según el estado de ánimo. Porque del lugar del que venimos o vamos, indistintamente, lo que sí es cierto es que: "¡si hay que ir, se va...!"...
Y nadie empuja más que el tiempo de cada cual, no importa que no se llegue a viejo. Todo llega y pasa para los que contemplan sus recuerdos.
Y el espíritu de la Redención cristiana dentro de nuestro corazón convencido, ¡ay, sí, así de cierto es para los de Fe; es inútil renegar de las cosas que no nos gustan o no queremos que nos pasen! Es que si pasan será porque ellas facilitan el aprendizaje que nos corresponde para ver cómo respondemos y nos hacemos más fuertes de espíritu, Menos sinvergüenzas, menos ladrones y por lo tanto no delincuentes, sabiendo además qué hacer en cada momento aunque no nos esté reservado el mismo e improvisemos sobre la marcha... todo se aprende viviendo, conociendo, experimentando... Puede que ese estado interior materialice nuestro ánimo y lo vean otros en lo que realmente no les hemos podido ofrece, por estar tan apegados a las cosas lógicas y las que no podemos cambiar, pero sí las de nuestro interior ante los resultados, los que sean, porque cambiando para el bien éste nos da su mejor cara. Así que no le echemos pienso al chancho para que no se pegue a nuestro lado y crea que somos tan imbéciles.
Así que vale la pena sonreír a la vida y marcharnos con el rostro lleno de un gozo infinito, pues servimos a nuestras ideas y no fuimos tan malos y conflictivos, al menos una gran mayoría puede decir lo mismo y lo sé porque no soy un perro verde, pero sí una rana azul; y por haber pasado por ella, la vida, saber lo qué hemos conseguido y quien nos mire a los ojos nos pueda decir sin ninguna duda: ¡Te quiero!
Elisa
Siempre nace un 'te quiero' en el prolongado eco de la existencia que aún reverbera en el sonido del Universo. Me figuro aún esa prolongación de compases que se dispersan por todo el Cosmos en lo creado, llamándonos a la Luz de la Vida y despidiéndonos de ella cuando dejamos de estar. No puede ser todo tan lleno de gozo o frío e infeliz en cada llegada o despedida.
Y durante ese trayecto en que se desvanece el recuerdo cuando aún estamos en medio de todo y de la nada, seguro que el Amor verdadero se valora como un oasis al que se ha llegado o al que se pretende llegar en cada vuelta, no perdiendo el sentimiento en la conciencia con la misma sed de satisfacerse en la caricia y el abrazo donde se va.
¡Ah, cuántos dátiles habrán, y una fuente de agua fresca para el viajero sideral en esos espejismos de las sombras!
Pero seguimos hasta el final por este mundo que por momentos se nos hace inhóspito, aunque tengamos que comer escorpiones y lagartijas antes de llegar al lugar de la fe. Avanzando por las caprichosas dunas que nos separan del bendito sueño final, y por el que apostamos antes de venir al mundo.
Pero no me hagáis caso que es cuestión de haber vivido y eso hace 'escuela', debe ser cosa de la edad y los años nos hacen ver visiones: ¡Un oasis en la tierra, paraísos en el cielo y también los otros..., los "fiscales"! ...." donde se llevan el dinero los que buscan más cuando gobiernan los suyos, pero son cosas del mundo organizadas por nosotros los humanos de este planeta cargado de injusticias." Y nos dicen siempre lo mismo en todos los tiempos y agregan: "Y qué le vas a hacer si esto es lo que hay"
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Vivir o morir puede darnos lo mismo según el estado de ánimo. Porque del lugar del que venimos o vamos, indistintamente, lo que sí es cierto es que: "¡si hay que ir, se va...!"...
Y nadie empuja más que el tiempo de cada cual, no importa que no se llegue a viejo. Todo llega y pasa para los que contemplan sus recuerdos.
Y el espíritu de la Redención cristiana dentro de nuestro corazón convencido, ¡ay, sí, así de cierto es para los de Fe; es inútil renegar de las cosas que no nos gustan o no queremos que nos pasen! Es que si pasan será porque ellas facilitan el aprendizaje que nos corresponde para ver cómo respondemos y nos hacemos más fuertes de espíritu, Menos sinvergüenzas, menos ladrones y por lo tanto no delincuentes, sabiendo además qué hacer en cada momento aunque no nos esté reservado el mismo e improvisemos sobre la marcha... todo se aprende viviendo, conociendo, experimentando... Puede que ese estado interior materialice nuestro ánimo y lo vean otros en lo que realmente no les hemos podido ofrece, por estar tan apegados a las cosas lógicas y las que no podemos cambiar, pero sí las de nuestro interior ante los resultados, los que sean, porque cambiando para el bien éste nos da su mejor cara. Así que no le echemos pienso al chancho para que no se pegue a nuestro lado y crea que somos tan imbéciles.
Así que vale la pena sonreír a la vida y marcharnos con el rostro lleno de un gozo infinito, pues servimos a nuestras ideas y no fuimos tan malos y conflictivos, al menos una gran mayoría puede decir lo mismo y lo sé porque no soy un perro verde, pero sí una rana azul; y por haber pasado por ella, la vida, saber lo qué hemos conseguido y quien nos mire a los ojos nos pueda decir sin ninguna duda: ¡Te quiero!
Elisa
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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.