Estáis y se agradece

6/5/12

Disculpen



Disculpen que piense...

"Ver para creer" dice el dicho, pero éste más bien piensa que es mejor no creer lo que mira y no ve.
Pero podemos creer viendo cómo se aprende a no tropezar si sabes por dónde te diriges al caminar y dónde dejas el alma cuando suspiras. La vida no dejará de enseñarnos sus lecciones y nosotros, no es que nos guste tropezar en la misma piedra, es que por pereza o comodidad no somos prácticos y la apartamos del camino a tiempo.
No cambiamos la ruta que es lo más acertado o nos olvidamos de ella el nefasto camino donde se halla y ajeno nuestros dedos a lo que les espera... No escuchamos la voz de otras experiencias que nos advierten de lo que puede pasarnos, cuando ellos han sufrido más de lo mismo. Dónde se quedan los sueños cuando las nubes se descargan... 
...

Disculpen
pero a veces la vida se empeña
en darnos bofetadas.
Ella sólo desea despertarnos
y que miremos claro.
Nunca maltrata.

Sólo la sonrisa irónica la mira y se cree ser aguja
con deseo de pasar su hilo por el ojo tuerto.
-¡Qué paradoja ser aguja imposible en acerico!-
Pero puede hacer mucho daño.

En la dimensión que nos otorga la vida propia
subyace un espejismo transitorio
junto a la evidencia,
ambos se recuperan en el carrete devanando ideas;
son sensatas y las alimentan los sueños;
enredan su hilo y se disculpan en su trenzado
si no sale fuerte para coser penas que aguanten.
La fortaleza del hilo depende de la urdimbre
y quizá no sepamos utilizar la mejor seda,
por eso se recurre al tosco textil que lo remata.
Es allí donde las ideas se nos pierden
en un mal tejido.

Pero ajena a los rotos y descosidos
continua la vida con su pronóstico fiestero
y la sonrisa sardónica que nos observa
se pincha con la aguja sin ojo,
el hilo se sale del carrete y rueda hasta desaparecer;
alguien entra y busca la aguja de ojo tuerto
y ella, tan contenta, señala un hilo que no ve...
La cuestión es figurar en toda labor
aunque no sirva para nada.

Así es todo en este mundo
Por eso en demasiadas ocasiones el dedo de Caín
señala a su hermano Abel...
y se hace dolor la pena en el costado del hombre.
Sangra.

La teoría de la metáfora es que el carrete vacío
devana el hilo que ha perdido
su aguja y, ésta, tantea su suerte
de hallar siempre su ojo, ¡el que no ve!
Para pasar 'su camello' por el mismo.


Elisa en: "Salambó"
2011

1 comentario:

  1. Mucho contenido en tu poema Elisa. Gracias por señalar tan certeramente una evidencia de la propia vida.
    Un abrazo,
    Rafael

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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.