Porque sola sostengo lo que escribo
construyendo mi fuente de energía,
para darme sustancia y alegría
porque pongo mi pie sobre el estribo.
Reconozco mis pasos, los concibo
donde late una llama todavía,
e imagino la luz en la que alía
el amor de su paz y es de recibo.
Las palabras conocen sus misiones,
mas también reflexionan muy cansadas,
apretando los versos con cariño.
Estas mías, confían en razones
de quien quiere sentirlas bien rimadas
y por eso, con ellas ya me ciño.
Me sujeto ''al pestiño''...
Soy consciente de lírica extremada,
por llevarme a sentirla más confiada.
A. Elisa Lattke V.
Las palabras son el alimento del alma.
ResponderEliminarUn abrazo.
En ciertos casos ni pan hace falta para tenerlas como alimento. y eso lo sabemos los que andamos con este barullo interior que no cesa. Es como un río misterioso dondde apagamos la sed del vivir. Es extraño.
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