La estupidez

La estupidez nos mide por los actos que nos desnudan moralmente, quizá por eso mismo que la define: "por ser tardos en comprender las cosas que nos afectan".

Los que así actuamos en los que puedo hallarme, porqué no... Sí, porque no hay que ser lerdo para no obviar lo fallos propios y permitir que otros se crean lo que no son, por lo que callamos; además por comprender, yo misma, que no soy infalible y mucho menos un ser inteligente o capacitada para estar por encima de los sabios. Pero aún hay 'sabios que me dan lecciones. Entonces, no tendría un blog o dos o tres..., que ya son muchos, "tendría libros escritos por mí, hablando de tantos temas que pueden ser interesantes" -Me aconsejan y rematan: " y no estar escribiendo tonterías que no dan ni para echarse unas risas". Eso mismo, que pienso a veces me lo creo y por eso soy lo que creo: tarda en comprender lo que me dicen y no porque haya perdido oído, que parece que sí. 

 Eso sí, podemos intentar ser mejores y sufrir por ello. Pero no creer tapar nuestras vergüenzas con un estilo de vida ajena a la realidad, aparentando lo que no somos, ya eso lo tengo muy asumido por verlo y saberlo desde hace tiempo en otros. Así que no puedo ser más de lo que soy.  Las apariencias son engañosas y ser ostentoso o meramente ajenos a lo que realmente se puede ofrecer, iremos de mal en peor, hasta que esa situación ficticia nos deje con el culo al aire, -como suele decirse.

La Vida en una vida corriente, la nuestra, la de cada cual, la de otro semejante que razona, es seria y respetable si es honesta y demuestra sus límites y hasta dónde puede llegar o dar.  Otra cosa es mentir y que que nos quedemos con el trasero al aire enseñando vergüenzas. No es agradable cuando se engaña o se intenta despistar la realidad personal, para proteger nuestra persona o situaciones deshonestas de las que ya no podemos salir por haber cometido un error y embaucar a más gente en lo que no es cierto. Y allí viene mi enfado con lo que llamamos 'estupidez'.

Normalmente este mundo está lleno de subterfugios, intereses insanos e ideas que no nos permiten ver más allá de lo que cada uno e una de nosotros damos. La Verdad como la sinceridad es una virtud necesaria y un tesoro que está en decadencia en esta realidad virtual y digital, la que mueve todo en las redes, somos una mera ficha y muy vulnerables, donde todos somos como figurantes improvisados de la misma, aunque seamos tangibles o existamos, estamos a expensas de peligros; pero los demás desconocen realmente quiénes somos en lo humano y espiritual. Sí nos conocen por lo que hacemos y si eso no da dinero, no servimos para nada y no tenemos ningún interés. Estamos, simplemente estamos allí y sólo el respeto que nos debemos y les debemos a quienes se confían o nos quieren, es lo que realmente nos importa ofreciendo lo mismo a esos otros. Es lo único que nos hace especiales si nunca fallamos, indistintamente, por lo mismo que pone aquí: 

 

"Podemos engañar por las apariencias" - dicen los psicólogos.  "Ser sincero es exponerte a a ser "un idiota". -Eso dicen o aconsejan que no haga. (¿?). Precisamente por querer demostrar lo que otros no desean hacer conmigo: ser verdadero, de una pieza. De ello resulta que juzgamos lo que desconocemos de otros...  Pero, "pero resulta que es lo que normalmente se hace o hace la mayoría y por eso somos idiotas", porque viven de mentir, de engañar a otros, de urdir trolas, cuentos, tramas creíbles y la falsedad, el engaño y el disfraz superficial  puede hacernos meter la pata y muchos de nosotros aún no aprendemos la lección (!)

Entristece esta opinión pero no podemos retrotraernos a lo que podemos hallar a la vuelta de la esquina, negando la evidencia; cuando forma parte de todos los contextos de esta sociedad en quienes la han sufrido, hasta que nos pasa en carne propia. Y suelen hacerlo a menudo: "evitar demostrar que no lo son, porque sin ello no serían nada para seguir sobreviviendo a costa de los indulgentes o ingenuos protectores de su infamia"...

A mí me regañan mucho a mis años, porque tengo la terrible torpeza de seguir las directrices de mi gente noble, la que me educó en 'el buenismo' , que para nada es práctico en un mundo tan agresivo, deseoso de abrirse paso llevándose lo que sea  mientras sale del problema. Y aprender de las injusticias, me cuesta aún lágrimas. No mentir o ser transparente es malo según con quien estés o conozcas por primera vez. Pero tampoco es estar demostrando que soy gente honesta favorece por lo visto que me traten mejor. Obras son las razones de todo ser humano que desea servir a sus semejantes, sin que otros lo juzguen por lo que hace bien, sabiendo o conociendo que lo hace quien obra mal. No es bueno demostrar un alma limpia de influjos dañinos, "eres y serás pez de pecera"...   No es necesario hablar ante un puñado de gente que argumenta el disparate y cree llevar razón, incluso con estudios académicos. Pues los imbéciles también llegan alto y se rozan con la clase que desprecian, adquieren modales, maneras calmadas o sosegadas al hablar para convencer; y para no perderse el privilegio de codearse con los cultos esperando una mayor suerte; y si es posible, medrar en ese medio.

No debemos engañarnos ante lo que miramos y observamos, pues también nos observan, porque les sobra malicia o astucia y un sexto sentido. Porque es muy animal y primitivo este estilo de autodefensa para sobrevivir en sociedad. Y algunos vamos perdiendo por esa actitud de ser gente buena. Nos calibran o tasan para saber si somos de los suyos en creencias y forma de pensar. Así que sin preguntar o sin opinar, cuando nada de lo que ve llama su atención, no les interesamos. "Por eso llevo un tiempo cubriendo mi retirada con una disculpa"... -Me cuenta una amiga. Y le pregunto por qué lo hace y me contesta: -Es mejor ser coherente con lo que dominas y sabes allí donde estés, grupo, colectivo, asociación y reuniones a las que acudimos y más, cuando perjudican nuestra fondo moral. Incluso largarse lejos de ese encuentro casual del conocido o conocida y encontradizo, es lo mejor que puedes hacer del que busca comprometer nuestra voluntad para conseguir lo que desea de ti o del grupo; hallar soluciones o quien lo/a introduce en un medio donde puede solucionar su realidad con el resto de 'primos' que puedan caer".

Entonces, meditas y razonas lo que escuchas, recuerdas cosas parecidas y piensas que es como una marca de fabrica llevar la honestidad encima . Y como lo normal es demostrar un orgullo basado en humo o vacío espiritual, sin actos u obras sensatas, se enseña lo superfluo por encima o por el lado opuesto que se quería cubrir, el de las vergüenzas que digo antes, pero después de haber extraído algo a favor, claro; "porque todos somos susceptibles de dar ganancias gratuitas" -Subraya el psicólogo.

Vemos sólo parte material de lo que se puede llegar a tener sin cerebro y sin alma, pero con el disfraz puesto. Ir por el mundo con el corazón alentando la vida honesta, ya me cuesta seguir y a veces desearía estar fuera de esta realidad por evitar que me juzguen como parte del mismo montón de miserables e embusteros. Seres vacíos espiritualmente aunque tengan una vida acomodada y presuman de mucho desahogo, nunca han tenido interés en adquirir cultura y ademanes o modales, para saber estar en sociedad. Pero aún así pueden tenerlos y seguir igual, es su índole, porque es parte del engaño para convencer a otros.
La vida normal y lógica, es la que nos da un caché o distinción por contenido cultural, pero también por educación y saber cuáles son las limitaciones y adónde podemos llegar, sin comprometernos, para no quedar mal o crear falsas expectativas. Todo consiste, en el elegante silencio de los que observan y casi nunca comentar nada que afecte a otros, ni  contrario a la sinrazón de los que sí actúan y lo dicen todo. Llega un momento en que pensar en términos de buenura duele ante los más estúpidos, sólo hay que darse la vuelta y huir del alboroto, la grosería, la falta de educación y las malas formas cuando no nos aprecian. 

El consejo sobre todo esto quedo en que: La facultad de irse en silencio de quien no nos da confianza y está ajeno/a a nuestra moral, marca un estilo de vida y pensamiento, la diferencia, es saber vivir con decencia. Sólo desprendernos del inconveniente con cordialidad y sensatez, sonreír a quien puede convertirse en un problema mientras lo perdemos de vista. Hablar poco y no sorprenderse por nada, es lo más adecuado. Pues harto es sabido que, quien enseña o despliega las plumas del rabo como el pavo real constantemente, tiene bastante feas las patas que lo mantienen erguido y altivo, ante los que sólo ven el bello plumaje quedándose hechizados.

*alv en, "Ranita Azul"