Me veo hoy conmigo, como siempre a cada hora,
y me veo como espiga de la vieja cosecha
en el barbecho,
esperando a las aves de rebusca
donde la trilla se deja.
-¡Ay del hambre si indigesta!
Hoy, no me fío de mí y lo deploro.
soy la espiga del cereal de la paciencia;
si las palabras dan vueltas,
echando a volar las aves.
hay trigo, centeno o cebada,
ahí me veo, a todos nos alimenta.
¡Soy germen inescrutable
del alma que me serena,
donde gira en lo infinito
clamando sus consecuencias!
Hoy, me veo las raíces, cubiertas;
con sus ramas que me saben
de los vientos importantes,
los del amor que despiertan.
Ya dieron espacio al rumor
llenando las primaveras;
ya me preparan la estancia
que por vivir se me llena y se ilumina,
para sentirme completa.
¿Completa?
No lo sé, pero los sueños se quedan
en los surcos del amor, por donde la lagrima queda.
Pues quien pule sus diamantes
y sus aristas cincela
ya sabe de las tantas causas,
que se fraguan en su hacienda.
Me veo tenaz, más fuerte,
muy clara conmigo misma
y no porque nunca lo fuese...
Se trata de buscarme...la mente sana
y no si se siente dolor de huesamenta;
que hay que saber y aguantar,
sin maldecir a quien yerra,
pero sí, desafiar al arrogante
o a quien se enrolla y no entienda,
que, aún sabiendo más que yo
no sabe lo que es sapiencia;
¡considerando que soy
la lluvia de su tormenta!
Hoy, por dentro, voy con Dios,
mis huesos duelen, ¡ah, y lo celebran!
Pues la vida si nos llama...
nunca ofende si se entierra,
y como grano de amor sale el alma en su defensa.
Revives, tomas conciencia
sin despreciar a los otros,
evitas ser deshonesta,
pues sigues siendo semilla
encerrada en 'su cubierta'
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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.