Y, aún así, no podemos juzgar con exactitud la capacidad espiritual y el conocimiento individual de nuestros semejantes y hacer comparaciones, si antes no damos un repaso a esta aventura nuestra en que la propia existencia nos convierte, por ser viajeros de una realidad individual y en solitario, en nuestro pequeño universo interior.
Somos ese atadillo de cosas amadas o necesarias, que envueltas en un pedazo de tela, llevamos sobre los hombros cogidas a un palo como equipaje y sostén.
Somos parte de esa "Soledad acompañada" de la que se habla.
Hay siempre un principio y un fin en nosotros, pero nunca debemos apurar el final.
Hay un universo interior que nos regala infinidad de sistemas interconectados, para sostenernos la vida y nutrirnos por necesidad, como "seres orgánicos y caducos que somos". Pero también para elevarnos por encima de nuestras limitaciones físicas.
Todo está hecho así de perfecto para meditar con inteligencia, pero también para iluminarnos al pensar sobre lo que nos inspira la Vida, salvando nuestra Esencia o Energía...
"El préstamo divino"...-decía mi madre.
Reflexionar, pensar o discutir con nuestro 'yo', es a veces necesario y una humilde entrega y gran terapia personal, y es la que nos descubre frágiles ante la inmensidad que nos rodea o, superiores a ella, ¿porqué no? Incluso, necesarios para nuestra propia vida y la de otros, también útiles ante los pasos que nos faltan por dar y aprender o hacer por esos otros algo más, para saber darnos algo mejor en esta realidad discutible pero maravillosa que es la existencia propia.
...
Miren:
¡No hay soledad, si Dios no está lejos de nosotros!
Hay compañía. Nos completamos. Pero solemos negar la mano que se acerca a la nuestra en ocasiones o el abrazo y más..., la palabra con su consejo u otra lectura diferente que nos abre otros caminos o ideas. Y porque, nos creemos que lo sabemos todo lo negamos o dejamos de leer y que no nos aconsejen o nos recuerden dónde fallamos. Y hasta pasa, que dejamos de leer más para que nadie nos recuerde lo que ignoramos o ningún otro e incluso un buen escritor de los grandes y conocido, influya sobre nosotros; como si lo supiéramos todo (!)
Incluso el mismo diálogo sordo que nos damos o provocamos en nosotros, tiene respuestas que no queremos escuchar.
El "ser o no ser..." Implica soberbia ante lo exiguo del ser. Puede ser una disyuntiva o una duda, pero no es así. ¡Es la falta de Dios que nos acompaña siempre, aunque pensemos en Él!
No sé si me explico...
Los años me han enseñado a ver las respuestas en cada escollo, tropezón, sinsabores, negación, silencios, carencias significativas por la falta de sensibilidad ajena; incomprensiones que no se justifican, como tampoco los desprecios y las críticas mordaces o, las figuraciones muchas veces regaladas por hacer daño; pero de ello se aprende y aprendí y sigo aprendiendo, lo que es "la vaina de vivir entre quienes no nos entienden" siempre y sobre todo, se aprende del dolor físico y moral que da las mejores lecciones y el aprecio por lo que aún se tiene y tengo a mi lado y conmigo y guardo dentro de mí con dignidad: valores éticos y morales
Pero no por saber que soy lo que creo que me enorgullece o que aprendí por la vida o, por tener más de ochenta años, pienso, que llegue a llenar mi vida como deseo.
¡Es que me queda mucho por saber!
Aún debo hacer más, cumplir, soñar, esperar con paciencia y aprender a comprender por lo que no me pasa a mí y sobre todo, llorar, si, llorar; pero moviendo mi pequeña humanidad sin frenar mis pasos y pidiendo a Dios esa iluminación tan necesaria, para no fallar a los míos y menos a quiénes aún confían en mí. Pues de mi honesta realidad, aún percibo la grandeza espiritual que me legaron mis ancestros y sobre todo el corazón de mi madre y mi abuela.
Mi Madre: Rosa Valencia Misquera
Me hubiese gustado pasar por todo lo que ellas pasaron con entereza y espíritu de lucha y, seguir siendo tan humildes y llena de Fe en Dios, como unas maravillosas mujeres, porque lo fueron, como hijas, esposas, madres y abuelas.
Australia Elisa Lattke Valencia ("ranita Azul")
Australia Elisa Lattke Valencia ("ranita Azul")
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¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.