Una buena reflexión sobre un pensamiento perdido sería encontrarlo. Que nadie diga que lo echamos en saco roto, por eso es bueno mirar en qué saco los llevamos.
Una idea que necesita hallarse en cualquier sitio del recuerdo, es siempre algo que consideramos muy útil y consolador, por eso son pensamientos con ganas de lucirse, pero ni les hacemos caso.
Somos tan olvidadizos que nos dejamos todo por ahí: llaves, gafas, cosas materiales que estimábamos, pero... ¡Dejarse un pensamiento es cosa seria! ... ¿Cómo podemos dejarnos tal cosa, si normalmente es mejor acomodarlos a algo que nos gusta y adornar, incluso, una vida?
¡Pobre pensamiento solitario y abandonado! ¡Qué hará sin nadie que conozca y le haga suyo!
Seguro que lo encontramos cada noche bajo la almohada y no nos atrevemos a recuperarlo, cuando llora o murmura a nuestros oídos hermosas palabras, o bellas cuitas de amor.
Un pensamiento solitario y sin nadie que le haga suyo, es significativo y muy triste. Verle en el rincón de su ser, llorando su angustia, pensando que es un olvidado más, que nadie se ocupa de lo que lleva o que puede perder a quien se le ha olvidado, es el colmo... ¡Son tan humanos!
*Tengo un pensamiento que le pasó eso hace tiempo y la angustia que me dio fue terrible, como si perdiese algo más que las llaves de mi casa o las gafas o peor aún, una mascota. Este pensamiento que digo, me quería demasiado, tanto, que entró en crisis. Desde entonces le tengo hecho polvo paseando por mi alma y lo único que puedo hacer es escribirle poemas, por si alguna vez los lee y vuelve conmigo. Ya contaré sobre el cuando pueda sentirlo abrazado a mí, ¡si son como niños! Pero es que algunas almas somos tan viejas que hemos crecido como las ciudades, y en sus periferias pasa de todo. Éste pobre mío sé que iba desnudo. No, no era un desvergonzado, es que le dejaba tal como vino al mundo, el se negaba a llevar disfraces, quería ser auténtico.
Ya sabemos lo que son las ciudades, tan maravillosas ellas, tan llenas de lugares importantes, bulliciosas, alegres, rebosando vida, pero a veces son un auténtico caos, un peligro a la vuelta de sus esquinas... ¿Qué puede hacer un pensamiento solitario por tantos laberintos que tienen las almas de sus ciudades? Rezo cada día para que no le pase nada y pueda por fin abrazarlo, tenerlo seguro y conmigo, siento que me hace mucha falta.... ¡Es tan bello, tan importante, que no me importaría cambiarme por el con tal de verle feliz y que se hallara!
Así son las cosas del amor, nos podemos sacrificar por una idea hermosa y cuando la hacemos nuestra, la vida florece en el alma porque sólo la angustia la hace visible a los ojos de otros que lo buscan. Así son todos los pensamientos enamorados.
¡Ah, ya ha vuelto! No he querido preguntarle dónde estuvo y por qué se extravió, porque como todos ellos mismos hacen sus conjeturas y les da por aborrecer la idea que les pesa, porque se la alimentamos, la culpa la tenemos nosotros por cargarles de tanta necesidad cuando les tenemos a nuestro lado. Realmente somos unos acosadores y ellos necesitan aire.
Pues este mío ha venido pletórico, ha aligerado peso, está guapísimo y ya no se queja como antes. Le veo con ganas de hacer muchas cosas, pero quiero que me las diga, ya no me atrevo a decirle nada, no sea que crea que vuelvo a mandar sobre el y le domino. Hay que dejarle que vaya a su bola, porque la vida siempre es un pensamiento saturado de ideas, que aún se están gestando para sorprendernos.
Les aseguro que me preocupa, ha madurado y le veo muy seguro de sí mismo. Ha hecho que se pongan en guardia sus hermanos... ¡Bullen! Con tanto ruido no sé si conciliaré el sueño pero a éste, hay que tenerle mucho cuidado, no sea que tenga de nuevo que atarle corto. ¡Está enamorado, se los digo yo, le conozco cuando calla!
Elisa-08
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Las ranas saben, los hombres piensan, el aire lleva, los sueños quedan; mas un silencio todo lo encierra. (Elisa Lattke-09)
Miembro de CiÑE (Círculo independiente Ñ de escritores, www.circuloindependiente.net),
