Estáis y se agradece

25/6/11

Si duermo...



Si duermo, amor, si me he ido  
a ese viaje soñado que promete...   
...Antes, déjame sentir mi barro   
viendo cómo se seca y resquebraja  
entre tus manos y las mías.  

Háblame, no permanezcas muda 
y haz que florezcan palabras,  
entreguemos las rosas y las espigas  
llenas de néctar presentido en nuestra almas. 

Sé que dejar de ser es volver,  
pero volver al contrario en dirección opuesta
buscando otra luz en el camino de sombras,
perteneciendo al último orgasmo.
Impertérrita, la angustia está presente.
Es lo de siempre cuando todo acaba
como trémulo murmullar de sangre que se frena,
no hay vida ni gemidos de placer   
pero tal vez se sienten los dedos de una caricia planetaria.

Si sigo dormida, amor, 
recógeme en ellas, bésame. 
Concédeme una oración 
y llámame por el nombre de mi ayer 
... el de la infancia;  
es posible que nunca prescinda de ti
y sepa navegar por tus silencios 
siendo de mi sueño en el bosque,
refugio en las hojas secas del otoño, 
las que caen para ser limo 
aprendiendo a sentir un beso de agua. 
Dormida, se acaba todo y no hay angustia
sólo las hojas se moverán
danzando sus ramas con el viento,
mientras los árboles callan;
me preocupan las aves si enmudecen.



Elisa 

2 comentarios:

  1. "Y llámame por el nombre de mi ayer". Precioso poema, y esta frase muy, muy contundente, que tanto resume.

    ¡Me ha encantado!

    Saludines, poetisa del alma y de los bellos sentidos,

    Ámber

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  2. Gracias, tú sí que sabes.
    Es un honor, besos.

    Elisa

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu visita! Se sincero siempre no necesitas para ello excederte, sólo estimular a quien lo hace bien. Juzga la labor tanto si es escrita como si es un dibujo o pintura de su autora si la hubiese. Muchas veces entramos a un sitio y no hallamos lo que queremos... Es como quien busca sin suerte y entra en un castillo cuya figura se yergue en el paisaje. Es hermoso ver e imaginar detrás de sus muros lo que hay; pero ya dentro no existe nada y todo ha desaparecido a través del tiempo y se adueña el cacío, están sólo sus muros llenos de tristeza y de sombras, entonces nos queda la imaginación para sentir que cada día mientras esté de pie la luz solar o el firmamento lo llenará de estrellas o de luna de su ayer. A veces somos así algunos seres humanos, como un recuerdo que se escapa dentro de nosotros hacia lo que no existe bajo su techo y sabe permanecer en el corazón de todo universo. Ranita.