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30/9/10

Arrobo... (Espinela)

Hay un amor que dibuja
cada vez un pensamiento
y en el silencio lo siento
pero al mío siempre empuja.
Parece cosa de bruja
cuando a sus ojos me doy
y no sé ni donde estoy
y me detengo en su boca,
debió de volverse loca...
¡la boca, la de mi hoy!

Es que fui carne de roca,
debí de robarle un beso
sintiéndome cual poseso,
porque no es una bicoca
lo que en la vida nos toca;
cuando yo lo quiero tanto
como si fuese algo santo,
es un sol mi luminaria
a quien dedico plegaria
con espinela y mi canto.

Y se lo doy muy sumiso
porque mi amor es prudente,
si lo pregona la gente
para mí es lo preciso,
no me pongo en compromiso.
Porque amar es lo más bello
es como pactar con sello
poniendo alma de garante,
la firma más elegante.
¡Aunque nos quite el resuello!

Elisa Lattke en: "D. Anselmo"
 
11.08
_________________
*Tengo sed... y filtro mis palabras para bebérmelas en silencio.(AlattkeVa) 
Miembro de CiÑE (Círculo independiente Ñ de escritores,www.circuloindependiente.net)

12/9/10

Como el humo

(Canción)


Escribo para ti...
Finjo estar serena
pero bien sabe el humo
lo que relaja
cuando el llanto me apaga.


Cuando escribo para ti,
el viento sopla
sobre mis pensamientos
y siento como avanzan
mis palabras por la lengua;
y cómo en el turbio rincón de mis visiones
deposito mis lágrimas amargas.
¡y escribo para ti!


Eres como el sutil movimiento del humo
disipándose; 
envolviéndome de ideas
en danza y movimiento,
¡y desvaneces!


No sé por qué te hablo así...
Pero pensaba si eras imaginación
cuando marchabas, disolviéndote
entre mis suspiros de nadas. 
¡Y no sé de dónde sopla el viento
cuando llegas y te vas como el..., 
desvaneces en el llanto que no apagas! 


Elisa
2010

9/9/10

Cuando las almas intiman

No sé qué decirte
o qué contarte mujer,
si andamos en las mismas...

¡Es que no sé qué decirte
cuando yo me tengo
y no puedo abrazarme!

Déjame que te aclare en un preámbulo de besos
y te hable de esas cosas con alas,
... que vuelan y nos graznan;
aunque no sé qué contarte
mirándote en silencio,
sabiéndome en tu piel
mujer de carne y hueso.

Esas cosas... negras que vuelan,
son tus sombras y las mías;
cuajadas de llantos van
y se vuelven de vacías.

¡Y es que no sé qué decirte
cuando yo me tengo
y no puedo abrazarme!

Espera, espera, -nos dicen-
A que todo se disipe
sin volar las aves negras.
No, no es así, otras son las que han volado...

Es el dolor que se hermana,
es el llanto que comprende
es de tu piel en la mía,
que en la de todos es muerte.

¡Nuestras almas, mujer,
se van yendo, se van, se van...
en las brumas de sus nieblas,
pero surgirán otras sombras
hijas de aquéllas negras!

Pero como ya sabemos
de las aves... que nos vuelan,
esperáremos en la luz
¡que ilumine sus tinieblas!



Elisa
2010


24/8/10

Dulce sometimiento


Percibí resplandor en un tesoro
y acogióme su calidez prudente;
su voz dulce y franca, fue envolvente
llenóme corazón, latió sonoro.


¡Oh, las copas del brindis poro a poro
que alambican licor de su simiente!
¡Oh, los cuerpos que sueñan dulcemente
en el frágil cristal de su decoro!


Así son las utópicas pasiones
se queman a la luz de una mirada,
se es polilla volando desvelada
llevada por el brillo de ilusiones.


Mas la luz de unos ojos toman vida
se hacen silencio manso, con certeza...
Y el corazón palpita con pureza
lamiendo humildemente cada herida.


Y somos los conscientes con lo dado
complaciendo al amor con nuestras manos;
¡y somos de este barro tan humanos,
sometido al polvo que ha engendrado! 


Somos presos amando sus barrotes
aceptando suplicio como un santo,
¡muertos de amor en la embriaguez del llanto
domina un sentimiento dando azotes!


Elisa en: "Don Anselmo"

13/7/10

Amor de lunas

 Galaxia 'M81' 



Me he dejado una estrella en algún sitio. 

dos lágrimas, la flor y las palomas; 
un poema sensible en un suspiro 
abrazado en el libro por dos hojas. 
Eras tú el dios que me buscaba, 
la promesa del sueño más amado, 
eras tal vez el sistema planetario 
mi tierra de un amor jamás sembrada. 

Un mundo majestuoso de esperanza, 
un deseo germinando por los labios, 
entrega en la voz de mis poemas, 
sintiéndote lo mismo que un adagio. 
Componías palabras por estrofas 
con música de amor en pentagrama; 
un ser de luna para oscuras noches 
un nosotros de sueños por las sábanas; 
¡el único sistema planetario 
nos giraba besándose en galaxias 

Te has ido, mi Ser, lejos de las noches 
y las playas de ayer están desiertas, 
sólo habitan los cangrejos sordos 
una luna suspira sin estrellas. 
Y yo, el navegante sin la barca 
sin puerto y faro, náufrago a la deriva 
ya me mecen las olas de los tiempos 
los sueños del ayer que te acosaron. 
¡Oh, mi estrella de mar te quise luna 
enredado en tus redes me arrastraron, 
pleamar de mi ser que fue mi barca 
y tu sima abismal mi desventura! 
*
Elisa Lattke en: “Don Anselmo”-3/09
Achtung: Wiederholen (?)

29/6/10

Declaración de Fe

Dios existe...
Nos cabe en una lágrima.
No podemos negarle 
ni dejarnos llevar por la ira
sintiéndonos abandonados.
No quiero que me arrastre un mal viento
cuando me sabe mucho más fuerte.
No puedo inventarme sermones,
porque Él está en los quicios
de las miradas, la tuya y la mía;
y en las colinas de los pensamientos
predicando.
Él está en la mano tendida,
en el corazón que se ahoga,
en la noche estrellada,
es el grillo cantor,
y es el croo de la rana.
Mariposa que vuela,
es belleza en la flor;
serpentea como el río
en las venas y entrañas.
Se hace inmenso, infinito,
y se encrespa y levanta
con sus ganas de amarnos
en oleajes atrapa.


Es un beso esperando
en los labios que tiemblan,
un retoño de vida
del infante que sueña...
Es amor en la sangre 
de su alegre marea 
y mi verbo al versear,
cuando tú me lo leas. 


Elisa

21/6/10

Allende la lágrima (Tema musical: Richard Clayderman - Healing Medley)




Allende la lágrima


El vacío me llena 
de febril esperanza,
certidumbre que siente
que el recuerdo no basta.


Siempre me he imaginado, 
ser del aire envolvente
con su tierna sonrisa
con su fuego naciente.


Vigilante en pupila
contemplándome dentro,
si me sabe tan  suya
sopesando mi adentro.


Si percibo alboroto
palpitando las sienes,
y nos pierden miradas
en latidos que sientes.


Nos sabemos de sombras,
nos sabemos de lágrimas,
agitados de vida
cuando sueñan sus almas.


La corriente que pasa
nos ignora y empuja
este tiempo de barro
con su polvo que estruja.


Y, allá al horizonte
 al zenit se iluminan
¡algo tuyo y tan mío
desbordando pupilas!


Elisa en: "Don Anselmo"
2010

20/6/10

Invariable



Si tú me llamases
corriendo yo iría
en un pensamiento
de pasión dormida.


Si no me quisieras 
amarte podría;
si te falta aliento
te doy yo mi vida.


Si yo no pudiese
sentirme en tu vida,
serías el aire
que respiraría.


Y nada se cambia
amándote tanto,
que tanto como amo
te regalo un canto.


¡Y sé que me quieres
te llevo en la piel,
y sé que me adoras
... me lo cuenta Él!


Ranita.
2010

17/6/10

"MELANCOLÍA POR FANNY JEM WONG"

¡y el mar no pude beberlo!





Yo vivo muerta de sed
¡y el mar no pude beberlo!
Escanciaba mi vasija
con su sal de amor eterno.

Evocando ayer hermoso
¡y el mar no pude beberlo!
Sin mi luna de nostalgias,
caminé aguas adentro.

Vine de paso a la Tierra
¡y el mar no pude beberlo!
Porque tengo que volverme,
-me va repitiendo un eco.

Yo vivo muerta de sed
¡Y el mar no pude beberlo!
Y la lluvia se desliza
desde sus ojos... adentro.


Era mi sed, su tormento,
porque estaba enamorado
y el mar, ¡bebióme en silencio!




Elisa
2010

16/6/10

...Desde mi ventana

Pintura original a la aguada. alattkeva
Pasamos por el tiempo
nos lleva solitarios,
mojados por la lluvia
y 'el traje' en su sudario.

El alma va desnuda
envuelta de verdades,
se despojó del peso
de tantas vanidades.

¿No sientes en las tardes
la brisa marinera,
moviendo mis alas
volando a tu vera?

En otra ventana
la lluvia me cuenta,
envuelta en su viento
de beso y tormenta.

Y yo que les miro
se escapa un suspiro,
y los dos se marchan
por donde han venido.

El tiempo, la tarde,
la lluvia, las alas,
la brisa marina,
la lluvia que aleja,
la rana que mira,
el llanto del agua,
que baja despacio,
...a labios que callan.

¿No sientes del vuelo
que en tu pecho anida,
mover con mis alas
y soplarte vida?


Ranita.

6/10

8/6/10

Espinela de mi nostalgia (con la versión original de Caballo Viejo)









Las alegres primaveras
se fueron pasando pronto,
su sentimiento lo afronto
con las músicas llaneras.


Y corriendo por praderas
me entretengo con el llano,
jugando por el pantano
o con las arpas que tocan,
¡esos cantares que evocan 
un corazón colombiano! 


Elisa
5/10

Elisa



[Foto de Elisa año 2007]

Eres como collage
reduciéndose a nada.
Expresión pictórica
de salpicón clavada;
trocitos esparcidos
de brisa programada.
Un poco de mí misma
viajando aún con alma.
Una flor..., allá un rostro
y el tiempo de la arena
cuando el Otoño pasa...
Somos menos que brisa,
mucho menos que el aire,
un soplo del destino
o un verso sin donaire.
Pero así ya me dejo
porque vine de paso
y tú que me contemplas
a ti, te doy mi abrazo.
...
¡Mañana yo no sé
si el sol está esperando!


Elisa

12/5/10

Hacedero (Décimas o Espinelas)



1
Tenías alma encendida,
arcángel que te adoraba
cuando horizonte apagaba
se te llenaba la vida,
sin lágrima entristecida;
eras de Luz amorosa
de blancura generosa,
eras del cielo la estrella,
oportuna, la más bella
y de mi fe más gloriosa.


2
Para mi luz de mis llamas
iluminaban tus huellas,
rabo de nube, centellas
para los versos que clamas 
y, siendo de iguales flamas
desdeñando la visita
en prueba de agua bendita,
de Aquél que estuvo al Principio
antes de ser participio...
Él absoluto en la cita.




3
Dolido arrullo fue preso
en vuelo de ave encogido,
de su jaula fue vagido
amor de canto, su exceso;
regalo de luna y beso
para esperanza doliente
que se llevó de mi frente
la música de la cítara,
dándome a beber su jícara
para saber qué se siente.


4
¿Para qué misterio y celo
derramando su perfume
del alma que lo consume
y no aprovecha su cielo,
ni lo derrite deshielo?
¡Para qué tanto en lo dado 
cuando es del mundo lo amado
y el pecado no permite,
participar en convite
...trasbocando lo sagrado! 


5
¡Oh, del vigoroso impulso,
en vientos de las alturas
tu dibujaste ternuras,
sin temblor en cada pulso!
¡Oh, sentimiento convulso
me ahogaste tantos suspiros
en danza de nobles giros,
con celajes de alborada
para el alma tan soñada
en huellas de mis zafiros. 


6
Cita de hálito dormido
en mis noches de penumbra;
regocijo que me alumbra
el llanto de tu gemido.
Mas nunca serás olvido
y por mis manos, amada
de las estrofas, alada, 
regalándome sustento
como febril alimento,
con la palabra en mi almohada.




alattkeva-09


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28/4/10

Cuita de mi letargo


En este silencio mío
que no se agota en mi llanto,
vivo sentimiento y canto
fundido siempre en mi río.

Soy del pensamiento frío
que nunca pudo llenarse
para la sed de calmarse
sin desencantos amargos,
cuando surgen de letargos
¡y el aire tiende a acabarse!
*
Este cansancio me lleva
a un estado de vigilia;
el alma no está, se exilia
tanto más cuando se eleva
dejando barca sin leva.

Tirando un cabo a la mar
sin saber cómo flotar,
buscando mi puerto amado
navego desesperado
izando velas de amar.
*
Pues por cubierta me moja
el bravo mar que me antoja
para mi barca de esclavo,
¡y pido un poema, un cabo
aún con bandera roja!

...
Mas no quita mi congoja
este sentir marinero,
cuando le pide un 'te quiero'
en olas, que nunca arroja.


Elisa en: "Don Anselmo"
ab/10

___(Espinelas)______________

27/3/10

Los románticos alemanes (Por Ilse Brugger)


I
"Los alemanes son algo así como las tropas de exploración del ejército del espíritu humano: avanzan por caminos nuevos y ponen a prueba medios desconocidos. ¿Cómo no nos interesaría saber qué es lo que dicen a su regreso de los viajes a lo infinito?" Estas palabras de Madame de Staël en su libro De la Alemania (1810) procuran caracterizar el papel desempeñado por la literatura y filosofía germánicas en la época de oro que va desde 1770 hasta 1830aproximadamente. Se trata de la llamada "época de Goethe", cuyos aportes a la cultura nacional y universal son tanto más abundantes y fértiles cuanto que el pensar y el poetizar se mantienen en estrecha vinculación con una gran preocupación por el hombre como ser vivo, como portador de "humanidad". Se ha dado a la edad el nombre de Goethe porque éste, con la universalidad de sus intereses, es la figura más destacada de esas décadas y porque en su obra se reflejan, directa o indirectamente, las principales tendencias de la época. A primera vista, la pujanza espiritual del último tercio del siglo XVIII, el polifónico coro de voces importantes, la rica producción literaria, resultan sorprendentes, sobre todo cuando se piensa en el atraso cultural sufrido por Alemania a consecuencia de varios hechos: la guerra de los treinta años (1618‑1648)que dejó al país en ruinas; el sistema de división territorial, que implicaba la falta de un centro cultural como lo eran París y Londres; la ausencia de una capa social lo bastante representativa para ser portadora de la cultura, y, finalmente, el insuficiente desarrollo del idioma alemán para aprehender la vida moderna con versatilidad y flexibilidad.
Los prohombres de la Ilustración habían hecho ingentes esfuerzos para subsanar estas deficiencias. Pero su espíritu a veces demasiado ortodoxo y racional, su tendencia demasiado pronunciada a imitar los modelos franceses, impidieron el hallazgo de contenidos y formas que hubieran armonizado con la idiosincrasia del pueblo alemán. Sin embargo, las fuerzas anímicas reprimidas se fueron abriendo paso. Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781) había señalado nuevos caminos en sus trabajos teóricos, sobre todo en Laocoonte (1766) y en la Dramaturgia hamburguesa (1769). Sustituyó la preceptiva clasicista por la crítica moderna, que parte de la obra misma y sus leyes intrínsecas. A través de sus dramas maestros: Minna von Barnhelm (1767), Emilia Galotti (1772) y Natán el sabio (1779), demostró que el teatro alemán era capaz de ofrecer obras dignas que por sus temas y formas apelaban a los sentimientos y al entendimiento del público. Por otra parte, Friedrich Gottfried Klopstock (1724‑1803) emocionó a los contemporáneos con su Mesíada (desde 1748) y sus Odas. En sus poemas vibraba un sentimiento de oposición al mero intelecto y se veía al mundo y al hombre con admiración religiosa, dentro de las conexiones cósmicas. El espíritu libre e impertérrito de Lessing y la expresividad apasionada de Klopstock dieron los primeros estímulos a una juventud ansiosa y desorientada, tanto en su visión general del mundo como en su búsqueda de nuevos contenidos y formas poéticas. Y entonces sobrevino, casi de improviso, una revolución espiritual que ‑según lo ha señalado Korff‑ intentaba, al igual que la Revolución Francesa, la completa renovación del hombre occidental. Korff distingue, como grandes tendencias nacidas de la preocupación por el hombre, su papel en el mundo y su misión de artista:

1) El Sturm und Dräng, movimiento que a partir de 1770 representa una especie de despertar en el ámbito de las letras.
2) El clasicismo de Weimar, caracterizado sobre todo por su concepto de humanidad, que estaba afianzado en postulados éticos y estéticos, tal como se refleja en las obras maduras de Goethe Schiller.
3) El romanticismo, movimiento muy complejo que encierra toda una nueva visión de la vida. Aun cuando en apariencia se opone al clasicismo, sus planteos y logros presuponen los estímulos de las tendencias anteriores, de modo que las tres juntas ‑Sturm und Drang, clasicismo y romanticismo‑ constituyen un todo orgánico, una especie de campo de fuerzas en cuyos centros se halla la preocupación por el hombre.

El nombre de aquel famoso movimiento (en traducción literal y no del todo adecuada, Sturm und Drang sería "tormenta e ímpetu") fue tornado de un drama de F. M. Klinger cuyo primer título había sido Confusión (Wirrwarr, 1776). El grupo, que se nucleó primero en Estrasburgo alrededor de Johnn Gottfried Herder (1744‑1803), según Martini el "máximo estimulador en la historia del espíritu alemán", y luego en Francfort del Meno y Weimar alrededor de Johnn Wolfgang Goethe (1749‑1832), se destacó por su ímpetu juvenil y desbordante. Fue significativo el que sus integrantes provinieran de diferentes regiones de Alemania y de capas sociales muy distintas: el joven de rancio abolengo se codeaba con el hijo del proletario. Su rebelión se dirigió tanto contra el riguroso predominio de la razón ‑a la cual se opusieron los poderes irracionales del corazón- como contra la estrechez de la vida político‑social, contra los tabúes y normas que trababan la existencia burguesa e impedían el libre desarrollo del individuo en su carácter de hombre íntegro. Estos jóvenes lanzaron sus hostiles gritos contra uno de los peligros máximos de la edad moderna: la "funcionalización" del hombre.
 El ilimitado subjetivismo del Sturm und Drang, junto con la conducta a veces extravagante de algunos de sus integrantes, así como su rechazo de toda forma objetiva, condenaron al movimiento en sí a un temprano fin. Sus aportes más interesantes en el dominio de las letras pertenecieron al drama, muchas veces en "forma abierta" y por lo general carente de estructuras definidas. En el orden poético, el Sturm und Drang sobrevive sobre todo gracias a la producción genial de Goethe y Friedrich Schiller (1759‑1805), quienes manifestaron en sus primeras obras las ansias fundamentales del movimiento juvenil.
Goethe Schiller trataron de contraponer al espíritu revolucionario ‑individualista (espíritu del que habían participado en un primer momento) la imagen de una humanidad que se desarrollaría en armoniosa cooperación entre naturaleza y cultura, entre disposición personal y obligación social. Para poder hacerlo procuraron elevarse ‑cada uno dentro de su modalidad‑ por encima de las preocupaciones cotidianas mediante un autodominio consciente y gracias a su fe en determinados valores supratemporales y supracionales, aunque sin perder de vista los problemas que planteó el momento histórico. También en sus obras se reflejaron desde temprano los logros y las amenazas espirituales de una edad de creciente individualismo, con su repercusión en los campos político, social, intelectual y artístico. Se fue abriendo cada vez más la grieta profunda entre el mundo real y el soñado, entre las inquietudes del yo y la coacción externa. Mas esta oposición que Goethe y Schiller aún trataron de superar en forma positiva, se fue convirtiendo en interrogante atormentado para la generación siguiente, de cuyas filas surgió el romanticismo como último movimiento del idealismo alemán. Entre, una y otra tendencia ‑por cierto no del todo irreconciliables‑ se debatieron, sobre todo, tres autores solitarios: Jean Paul Richter; (1763‑1825), Friedrich Hölderlin (1770-1843) y von Kleist.

II
El romanticismo alemán ha tenido, fuera de su significado para las letras propiamente dichas, una gran influencia en varios campos del saber. Es fácil observar que sus múltiples planteos ‑religiosos, filosóficos, científicos, estéticos‑ acuñaron también, de manera inconfundible, su producción poética. A veces, en un sentido positivo, ampliando horizontes; otras veces, con resultado no del todo satisfactorios, ya que los fines demasiado ambiciosos impidieron la configuración de obras acabadas. Las ansias de infinitud de los poetas, su búsqueda de lo inefable, su deseo de apresar la vida en su totalidad y sus complejas disquisiciones teóricas (sobre todo las de la primera generación) superaron, de tanto en tanto, las posibilidades artísticas y los trabajos quedaron truncos. Pero aun así, el romanticismo alemán ha sido y sigue siendo un surtidor de estímulos fructíferos, entre los cuales podrían enumerarse su interés por el sueño y el inconsciente, su insistencia en el mito, en la unidad psicofísica del hombre, en las analogías entre naturaleza y espíritu, los logros del pasado, la cultura universal, la fantasía creadora y su empleo de los medios modernos de la ironía y el grotesco, de nuevos matices expresivos, etc. Igualmente, el movimiento que tuvo su mayor desarrollo entre 1794 y 1830, nos ha dejado poemas v obras literarias sumamente atractivos.

El poeta más sensible y profundo del romanticismo alemán fue Novalis (Friedrich von Hardenberg, 1772‑1801), un espíritu de gran vuelo a quien debeimos también la creación del símbolo romántico por antonomasia: el de la flor azul, que corporiza el fin nunca alcanzado y siempre anhelado tal como lo representan el amor y la poesía. Los discípulos en Saís (Die Lehrlinge zu Sais) es una obra en la que el poeta combina una acción externamente pobre con una gran intensidad del sentimiento para explorar los reinos desconocidos de la naturaleza y del espíritu con la finalidad de obtener conocimientos auténticos sobre la esencia humana. El discípulo que busca revelaciones en el mundo circundante las encontrará al fin en su propio fuero íntimo. El viaje externo termina con el retorno hacia sí mismo. Así lo enseña el cuento de Jacinto y Rosaflor (Hyacinthe y Rosenblütchen), narrado con poética ingenuidad.
Mientras que Novalis insistió en las relaciones entre poesía, filosofía y ciencias naturales, contemplándolas desde un punto de vista eminentemente religioso, el joven Wilhelm Wackenroder (1773‑1798) se entregó de lleno, sin consideraciones teóricas, a su ferviente entusiasmo por el arte concebido como inspiración divina. Sus Desahogos de un fraile amante del arte (Herzensergiessungen eines kunstliebenden Klosterbruders, 1797), fueron publicados bajo su nombre y el de su amigo Ludwig Tieck. Pero la mayoría de las piezas reunidas en este tomito programático pertenecen a Wackenroder y revelan claramente el santo respeto que le merecían los problemas del arte occidental renacentista, no sólo los italianos sino también Durero. Podría parecer que para Wackenroder el arte lo fuera todo y constituyera una gloria perfecta para sus favoritos. Sin embargo, nuestro autor presentó un caso muy a distinto en la narración dedicada a la vida del músico Berglinger, quien es el prototipo del artista desdoblado, presa de un hondo desgarramiento.
Ernst Theodor Amadeus Hoffmann (1776‑1822), cuya fama mundial ha sido considerable, es otro de los típicos escritores románticos. En él se combinan la descripción realista y la visión fantástica. El puchero de oro (Der goldene Topf), que data del año 1813, se considera como el cuento artísticamente más perfecto de Hoffmann. En este largo relato, de rasgos ora fantásticos, ora grotescos, la acción se mueve sobre dos niveles: el de la vida cotidiana con sus exigencias y ansias mezquinas y el de la fantasía con sus ideales imperecederos y su visión de un futuro en el cual se unirán el amor y la fantasía, en tanto que el espíritu triunfará al lado del sentimiento. Hoffmann llevó a su culminación las posibilidades del relato romántico justamente con su técnica de vincular sucesos ordinarios con los aspectos nocturnos de la existencia. De él parte una línea directa que conduce a Poe, Baudelaire, Horacio Quiroga, y no resulta difícil reencontrar algunos rasgos suyos en el mundo kafkiano.
Pero él no fue, por cierto, el único en advertir los peligros que acechan al hombre en el mundo moderno, cada vez más hostil para la supervivencia del individuo como persona íntegra. Heinrich von Kleist (1777‑1811) expuso con impresionante insistencia el problema del ser humano, para el que el mundo en donde vive ha perdido seguridad.  Kleist no fue no romántico en el sentido estricto de la palabra. Su arte solitario debe ubicarse entre el clasicismo y el romanticismo. Pero tuvo vínculos personales muy fuertes con algunos románticos destacados. Fue, en primer término, poeta dramático y su prosa magistral se caracteriza por su concentrada densidad y su ritmo de dramático avance. Su nota Sobre el teatro de títeres (Über das Marionettentheater) data del año 1810 y se la considera actualmente como una de las páginas más importantes de Kleist, quien opone en ella al hombre moderno, privado de gracia y espontaneidad, el títere, que tiene su centro de gravedad dentro de sí, tal como se observa en el animal. Pero el hombre no puede "animalizarse" sino que deberá "divinizarse"; su camino hacia la inocencia conduce a través del conocimiento desarrollado al máximo, es decir, el hombre algún día tendrá que poseer una conciencia infinita para así recuperar su gracia perdida [*].

Con cierta frecuencia las ideas de los románticos fueron expresadas mediante aforismos, género  que había tenido una gran evolución en el siglo XVIII, gracias sobre todo a la chispa y mirada perspicaz de Georg Christoph Lichtenberg (1742‑1799) [**]Friedrich Schlegel (1772‑1829), el crítico más inteligente y universal del romanticismo alemán, expresó sus ideas en numerosos aforismos o fragmentos. Gran parte de ellos fueron publicados en la revista Ateneo, entre ellos el Nº 116 que siempre se ha considerado como programático. Ahí Schlegel expresa lo que es para él la poesía romántica: "Una poesía universal progresiva". Con la transcripción de éste y otros fragmentos suyos hemos intentado dar una idea inicial de algunos de los temas que más lo preocupaban y cuya importancia para el desarrollo de las teorías románticas dentro y fuera de Alemania es indiscutible.
Hemos debido recurrir a las traducciones castellanas ya existentes de determinadas obras. Este hecho nos impidió, también, incluir otros trozos acaso más significativos. Pensamos, por ejemplo, en los cuentos de Tieck, Brentano y Arnim y en Las vigilias de Bonaventura. En este aspecto queda por llenar una laguna muy extensa. En las letras de idioma castellano, el romanticismo alemán es todavía gran desconocido en lo que se refiere a su vasta producción poética, digna de ser difundida no sólo por su valor estético‑histórico sino por sus enfoques sugestivos también para el mundo actual.

[*] Nota SR: Texto retomado por G.Deleuze y F. Guattari en el libro "Mil mesetas".
[**] Autor admirado y citado por S. Freud.

Relacionar con: "El sueño en los románticos alemanes", Novalis.
Texto extraído de "Los románticos alemanes" (Hoffmann, Novalis y otros), selección I. De Brugger, introducción, editorial C. E. de América Latina, 1978, Buenos Aires Argentina.
Corrección: C. Falco
Selección y destacados: S.R."

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