Por fortuna se está viva para aprender de ti, Vida... Esa era la cuestión de haber venido y ahora que me pruebas soy de olvido, ¡y dónde mi cita con la muerte! Yo, que tantas veces hablé de amor cuando lo daba, y en mi delirio en mil poemas repetía; yo, que que siempre le buscaba con porfía... Y en el me contenía...
No, no odio a nadie, ni aborrezco nada porque el Amor sublime está sujeto, le llevo en el alma y es talar mi vestidura Y aunque sufra de mis semejantes otros fuegos, ¡no seré yo quien lo rasgue en su amargura!
Soy yo...
Redoma de barro pulido
y no de cristal tallado,
frágil vasija de cieno
como cristal encantado.
Sonido madrugador
en el cuello de una imagen
alargada para el viento,
que lo contiene muy grave.
Mar adentro, dentro... el mar...
Corales de decorado,
perlas que son sonrisas
blancos y azules tallados.
Símbolos de poesía,
aves surcando espacios
de sol, luna y estrellas
por montes del desagravio.
Rana soy, rana de charca
siempre rana chapoteando;
no temáis a ‘la mascota’
que Dios sabe donde ando...
Masa de barro sin pulir...
Cristal de roca sin talla
mis manos en lo tallado
...y las otras..., no me hallan.
Fuente incesante que bebe
de la piedra contenido,
lame.... roca en sus entrañas
...y sólo escucha gemidos.
Soy yo... la diosa remisa
que te devuelve un sonido,
no puedo contener el viento...
¡Adentro en redoma metido!
Soy yo... emerjo del fondo
Intocable en su fluido,
prisionera de Su... redoma
¡Alma de barro cocido!
Elisa.
18 jun. 06
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Sólo intenté saltar fuera del agua, pero mi lugar está y estuvo siempre dentro de 'mi charca'.
¡Gracias por todo si un día dejo de ser una 'rana azul ' menos! (alattkeva-10
A raíz de una conversación que sostuve con Elisa, nuestra compañera en el Foro, donde me contaba algunos pequeños detalles del amor a su madre recientemente fallecida, escribí este soneto.
Lo hago en primera persona por ser las palabras que utilizó mi querida amiga.
Ella, su orquídea y dos rosas
El último tirón de su existencia
lo hizo caminando entre dolores,
valor que despachó de mil colores
mostrando pundonor y pertinencia.
Recuerdos de mi madre y de su esencia,
amor que compartimos por las flores,
gozamos y sufrimos sinsabores
y siempre me mostró su resistencia.
Alegre, tolerante, recta y proba
imagen que mantengo en la memoria.
El brillo de la orquídea de su alcoba
mantiene la corola como gloria.
Dos rosas en su trono de caoba,
demuestran su presencia en esta historia.
Federico
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Querido hermano, no sabes la emoción tan grande al leer este soneto que dedicas a mi madre, no te puedes figurar lo que he sentido, porque he llorado muy poco y no tanto como su falta se merece, pero hoy he sido más de la fuente de su amor a través de tu regalo, para darle también el mío de mis sentimientos y mi alma, al incentivarme con este bellísimo soneto que pones más arriba y que me regalas, querido amigo. Así que reflejo igualmente mi agradecimiento de la única manera que debo hacer sentir mi abrazo al hombre, al amigo y al hermano. Como ves no podría ponerle otro título porque el tuyo es el que debe llevar, sólo cambié el sentido del mismo; los dos sonetos deben ir unidos (si es que mi remedo es válido). Mis besos a ti y a todos los que comenten, me perdonaran que no diga nada más a lo largo del mismo, quizá más adelante. Elisa.
Dónde mi tiempo y mi feliz remanso
que esto de ser sin ser no me convence,
cuando me debe vida quien me vence,
fustigando razón de mi descanso.
Intento estar serena, guardo calma
haciendo frente a su ímpetu dañino,
qué debo hacer cuando el amor es vino
escanciado con fe si ofrezco el alma.
Porque fui del amor que me he bebido
el que atrajo al cristal la mariposa,
por ser de las entraña de una rosa
mi verso de un poema florecido.
No quiero pedir más a quien me sabe,
ni siquiera rogar a quien me muerde,
no quiero más consejos si se pierde
la esperanza de amar cuando esto acabe.
Mi voz torna a callar, mejor olvido...
Para qué más preguntar, le sigo el cuento...
Me he cansado de esperar no tengo aliento.
Seré silencio azul el requerido.
Hay sombras sin la luz que no iluminan
deferencias del barro de mi hechura,
tampoco oigo mis citas en guarura,
mas hay algún temor porque fulminan.
Si cuando no eres nadie, nada ofreces
pero eres intuitiva y se valora
la entrega al océano que atesora,
mis secretos con fe y... algunas preces.
¡Qué tiempo mis Señor, que tiempo paso!
Si soy como me digo, sólo un sueño,
que quiso ser del mundo en otro empeño
para prueba de amor en noble caso.
Sabía que vendrías
como intempestiva lluvia.
Sabía que buscabas
mi mar de eternas dudas.
Sabías ya encontrarme
haciéndote estos versos.
Y... a todo esto, amor,
ha sido un gran acierto.
¡Me quieres todavía!
Me buscas y me encuentras,
si siempre te he llamado.
Sabía que vendrías
buscando ya tu fuente
de versos que son agua
de amor y de alegrías.
¡Me quieres todavía!
Sabías que yo estaba
buscando rama y nido,
rimábamos a un ritmo
cantándole a la vida...
al árbol que frondoso
un nido... retenía.
Se es una parte de la vida pero se habita en todas y en el hábito de ser siempre diferente se enciende una llama de esperanza. Se es río y burbuja de aire en lo profundo donde respira el pez… Y los ojos del niño que la mira.
Cuando se es de la humedad transparente, se es en ambas orillas, la ribera; no se puede obviar el horizonte pero puedes desviar esa corriente que inunda de su mar frágil arcilla, simplificando el barro en su fundido.
Se es regazo tan sólo una vez para sostener el sonido de la vida, la mano firme, el perfil del círculo habitable, la redondez de un seno; y dentro ya del mismo, se sigue siendo embrión de un sueño en la luz irrepetible de una evidencia que germina.
Se es una parte del mensaje y una prueba que sólo quiso beber del mismo aliento porque se asfixiaba y, sin respirar del mismo aire se moría. Se es así un sello del destino.
No, no pudo ser para ser de la vida cuando lo había sido. Y los hombres y mujeres son eso que ocupamos a este lado del Cosmos, a este lado del sol y su planeta, visibles a la mirada de este sueño al que se llama Vida; Afuera, allí en la Eternidad de la noche, la memoria aún palpita. Sé que se llama 'Dios' y que yo soy parte de su piel. Un simple poro en el espacio colmado de sonidos, en el vacío de las luces y las sombras; mientras garrapateo sobre renglones sin que nadie me asegure que existo. Por eso al ver de qué estaba hecho mi sueño, te pedí un beso.
Ayer mismo me envolvía en otro hábito para sentir el Amor en el recuerdo, en el aroma del incienso; en la custodia alzada, en la sumisa plegaria, la obediencia y la humilde comparecencia de la fe; pero me quedo en este cansancio de querer no ser criatura viva, en la nocturna quietud de los objetos que rodean; y si quisiera, sólo que me concedería un deseo, el último... Estaría sola con mis brazos abiertos frente al mar para hundirme poco a poco en el, cayendo del todo entre su oleaje... Perteneciéndole.
Di un paso al frente con la vida dada me encaminé febril hacia la cumbre, dejé vagar mi mente por la lumbre de soleada arena de ensenada.
Un paso al frente y tu dolor ungido con lluvia de mis ojos, derramada; he conseguido en mi alma castigada no olvidarme jamás lo que he querido.
Todo paso se da bajo este cielo de noches ilusorias y estrelladas ¿y qué se queda cuando va acabando? Convirtiendo la vida en un deshielo nos volvemos por encima de sus huellas,
A pesar de todo nos llenamos de nadas por estrechos mundos de cualquier pensamiento, y por su albura iluminada de tristezas nos frustra imaginarle parte del futuro. ... ¡A pesar de todo la luna se estremece!
Este imperio del polvo se hace dictador convirtiendo la Vida en parto doloroso. La rosa se queja del peso de sus pétalos, tiene mucha sed, hay tristeza y, sin espinas, toma de su aroma y se enreda en laberintos. -¡Ah, que ufano se siente el aire con medida!
Y me quieres lejos soñando tus promesas batiendo entre brumas mis alas escondidas, mi temor , la duda, mi muerte y tu pelea... ¡Por eso me abrazo al poema que me besa y al llanto muy quedo cuando la vida pasa, diciendo adiós al... mar, sus olas, su marea ¡y en su fragor morir, morirme yo quisiera!.
Qué genera un dulce amor
que sueña en aquél regazo,
que le consuela en favor
a cambio de ser abrazo.
Qué generan francas almas
que en el mundo se sostienen,
con la dicha de otras calmas
donde su vida entretienen.
Mi corazón que lo sabe
porque vino de muy lejos,
reparte siempre sus versos
donde el amor es la clave.
La metáfora encendida
se ilumina con lo dado,
donde su Luz es medida
con sentimiento probado.
Y por la fuente que mana
palabras de surtidor,
se escapa cada mañana
el verso en busca de amor.